¨Todos los espejos llevan mi nombre¨
Jacques Rigaut.
¨Si uno se siente mal, mira a los gatos
y se siente mejor, porque ellos
saben que las cosas son como son.
No hay por qué entusiasmarse y ellos
lo saben.¨
Charles Bukowski.
Me encuentro enfrentado a mi PC. A pesar del esfuerzo, no se me cae ni media idea para comenzar a escribir un nuevo post. De pronto, contemplando el teclado y el monitor, un movimiento familiar me saca de foco y de la presión propia. Miro por arriba de la pantalla y me detengo en esas coordenadas: es mi gata, se acaba de trepar en la biblioteca. Comienza a rozarse con la sensualidad que le es propia a la especie pero en ella parece acariciar lo erótico. Los libros, son los elegidos como partenaire de turno. De repente se detiene en unos y los olfatea, se refriega nuevamente; sus bigotes y hocico develan cierta inquietud que aumenta hasta llegar al impulso de apoderarse de aquello que le atrae. Va por más: mete la pata entre unos libros y aparecen las uñas; los tiene en la mira sus pupilas se dilatan aglutinando adrenalina. A modo de un cirujano insiste y los extrae con su garra hacia sí, como si quisiese sacarlos del encastre de la biblioteca. Lo logra: los libros caen y golpean con un ruido seco quedando en posición horizontal todo a su merced. Vaya a saber uno para qué. La curiosidad puede con ella. ¿Qué querrá? Sólo mi gata lo sabe.