tag:blogger.com,1999:blog-11144730807445739132024-03-05T20:24:45.414-03:00A Cielo AbiertoPor qué un blog?
En principio, por mi propio deseo de comunicar algo.
Que a la larga, camuflado
o no, es siempre propio.
Que produzca un lazo con los otros. Modos de ver, sentir, experimentar esta
complicación interesante que se denomina vida.
Para ello es necesario alguien que escriba y del otro lado el
coraje de quien lea.
Allí apoyo mi apuesta, a la construcción de un nuevo tejido con los semejantes. Veremos
que sale. Un desafío que no quiero dejar pasar.Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.comBlogger14125tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-24805850802770666892011-07-31T19:54:00.024-03:002011-08-20T11:51:10.602-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiGwrwX5l-CkemzB-F3npsXVzT2vz26fKgsQkMr8XREf7oi324k52uK6z8nsUwVJJ6SOco9K20WB34DXHr_wng4f4akM2haVItxTVQtCHv1MV02A7RNWtjjQ2XuAa4sEDu5bib3L3wBFHJ/s1600/amy_winehouse_lialg-thumb-473x355.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiGwrwX5l-CkemzB-F3npsXVzT2vz26fKgsQkMr8XREf7oi324k52uK6z8nsUwVJJ6SOco9K20WB34DXHr_wng4f4akM2haVItxTVQtCHv1MV02A7RNWtjjQ2XuAa4sEDu5bib3L3wBFHJ/s400/amy_winehouse_lialg-thumb-473x355.jpg" width="400" /></a></div>
<em><span style="color: #073763; font-size: x-large;">BYE BYE AMY</span></em><br />
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<em><br /><span style="color: #073763; font-size: x-large;"></span></em><br />
<em><br />"Peleando for my life..."</em><br />
<em> </em>Oscar Martinez.<br />
<em><span style="color: #073763; font-size: x-large;"></span></em><br />
<em><br /><span style="color: #073763; font-size: x-large;"></span></em><br />
<em><br /><span style="color: #073763; font-size: x-large;"></span></em><br />
Una muerte joven siempre conmueve a propios y a extraños. Más aún si ese alguien es conocido. Ni hablar si además es famoso, no importa mucho por qué lo es. La condición es quedar ilumiado por el brillo del éxito. Si aparte las características de la muerte tienen algún que otro ribete trágico o cualidades que acrediten un destino cruel. Inmediatamente pasará a ser noticia y las versiones se multiplicarán por todos lados. Entonces la fórmula del sistema sería: muerte joven y famosa, le adicionamos su cuota de tragedia, obtenemos un producto para que, de tal manera, la muerte venda. Por lo tanto, lo fatal entra como por un tubo en el circuito del mercado. <br />
Existen variados modos pero el que últimamente fija tendencia es la autodestrucción. Convirtiéndose rápidamente en un modelo de negocio por demás rentable, la muerte de <em>Amy Winehouse</em> ha empezado a escalar la montaña en cuya cima se contruye el mito. Un mito nutrido hasta pasado de peso por el mercado: se venderán más discos, seguramente aparecerán ediciones póstumas, <a href="http://www.rollingstone.com.ar/1396838-un-retrato-de-amy-winehouse-hecho-con-pastillas">tributos varios</a>, biografías de diversos autores, imágenes, videos, tatuajes. También estarán a la orden del día la comercialización de pelucas setentosas, ni hablar del rimel que esconde una mirada melancólica. Todo exhibiéndose en la vidriera del espectáculo y muchos capturados, fascinados y atraídos. Consumidores al fin, con su cuota de morbo al día, siendo éste un mercader con basta experiencia para la ocasión. Por cierto si algo caracteriza al morbo es que siempre desvirtúa al otro ya que pone la mirada exclusivamente en sus miserias, a modo de rapiñas humanas. En fin con esto se satisface y justifica su existencia. <br />
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Por otro lado se escucharán voces diversas acerca de la causa de su muerte, hipótesis sobre su modo de vida, sus escándalos, sus consumos. Todo orientado a darle sentido a su temprana partida de nuestro mundo. Como una trama bien guionada, a modo de un best seller, plagada de lugares comunes. Continuarán los juicios, sentencias, interpretaciones de diversos tonos a partir del acontecimiento de la muerte. <em>¿Y de su vida?¿Qué se sabe?</em>. Versiones nada más...<br />
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La vida es dura en sí misma. Por cierto hay vidas y vidas y habrá que marcar las diferencias. Pero más allá de las mismas, la existencia desde nuestro nacimiento en sí, conlleva un hueco difícil de soportar. Es un enemigo persistente y artero, en ocasiones letal. Lo único que puede mirarlo fijo a los ojos es <em>el deseo (</em>entiéndase éste como lo que nos ayuda a navegar y recorrer la falta, cuestión para nada fácil y siempre con la angustia de compañía). Esa falta puede ser tapada por muchas cosas: bienes, personas, fantasmas, sexo, trabajo, amor, tristeza, droga, en fin, por tantas cosas que nunca alcanzan... o saturan. <br />
Y en ese afán de no preguntarse por la misma, en muchas ocasiones, llegamos al escenario del vacío como si recibíésemos una trompada sorpresiva y atinada en la mandibula de lo vivido, que nos deja golpeados, desorientados y hasta perplejos. En algunos casos, la campana salvadora se hace escuhar o existe algo, lo que sea, que mantiene en pie a una vida. A Amy no le alcanzó ni su inmenso talento, ni ser la más auténtica y mejor cantante de su generación; tampoco haber sacado al <em>soul </em>de su pasmosa siesta con su voz y su incomparable estilo, lleno de autenticidad y honestidad en sus interpretaciones, cualidades inéditas en nuestra época.<br />
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<em>Amy </em>ha muerto, irremediablemente es lo cierto. Quizás la clave de que su "<em>adiós" </em>no sea para siempre, no esté en el <em>marketing de la muerte </em>que intenta hacer de la <em>gloria</em> una medida en dinero, un oscuro sinómimo. Sino más bien en sus canciones, que algo dicen.<em>.. Bye Bye Amy... </em><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="295" src="http://www.youtube.com/embed/gylHBW0lfJk?fs=1" width="480"></iframe><br />
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A modo de despedida: <a href="http://www.youtube.com/watch?v=4L9-AvjsB6g"><em>íntima</em></a><em> </em>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-11982156511527980502011-07-17T14:24:00.019-03:002011-08-20T11:48:31.030-03:00<div style="text-align: center;">
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<span style="color: #3d85c6; font-size: x-large;"><strong>"Pasión Argentina"</strong></span></div>
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<div style="text-align: right;">
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<em>"La pelota no se mancha..."</em></div>
<div style="text-align: right;">
<em>Diego Armando Maradona.</em></div>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="http://www.youtube.com/embed/xNlYBR_h5c4?fs=1" width="425"></iframe><br />
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La primera vez que miré el video del "Tano Pasman" me resultó muy gracioso, como si se tratase del protagonista de una película del mejor grotesco italiano. En la segunda observación presté atención a los detalles y busqué ir más al fondo del fenómeno. Y sí que los tiene. <br />
Nos encotramos con un hombre desesperado que trasmite la sensación de que su cuerpo no iba a soportar tanta verborragia y furia. ¿Quién no pensó al verlo: "<em>Se va morir de un infarto</em>" ?. Confirmado el dicho cuando me enteré por los medios que sus hijos grabaron el video para después mostrárselo con el fin de que él mismo se diera cuenta que se convierte en un hombre peligrosamente ofuscado y por lo tanto que asumiera los riesgos. Una imagen que lo volviese moderado y pacífico.<br />
Y sí mirás la escena es un hombre solo frente a una pantalla, aislado, con el eco de comentarios futbolísticos e insultos como sus únicos amantes. Hincha de un club de fútbol en estado terminal; ahí no hay hinchada ni fenómeno de masa. Es un hincha y padre a punto de la caída, sostenido nada más que en su propio desborde.<br />
Los hijos pretenden cuidarlo con la imagen del video (se invierte la lógica que los padres deben cuidar a los hijos). Y como signo de nuestro tiempo la tecnología <em>("Miráte en el video"),</em> de la mano de ciencia <em>("Tomáte la pastilla"),</em> pretende amortiguar la desesperación cabal ante la caída. <br />
Otro punto para prestar especial atención es cómo lo trágico es heredado por el propio padre del protagonista. Aquella insignia <em>"Por qué me hiciste hincha de river</em>..." buscando como al gran responsable del drama: Su padre. No es consuelo sino todo lo contrario. Como si se tratase de un Jesucristo desbocado y sin alivio alguno. Todo un tormento.<br />
En un momento, aparece su esposa para ofrecerle un calmante: nuevamente la ciencia como punto de límite que estabilice al volcán emocional del Tano. No hay palabras de terceros que lo alivien: por un lado, sólo el monólogo puteador y por el otro, la arenga del relator del partido, unidos por el parpadeo de la pantalla. Una de las pocas intervenciones sensatas es cuando en unos segundos frena la locura y pregunta a sus hijos como si fuese un niño sin modales: <em>¿Qué mierda es esto: lo puedo romper..?</em> y continúa con la furia verbal. Cabe destacar que la escena se desarrolla en un ambiente familiarmente controlado. Y si algo se conocen de los fanatismos es que siempre se cuela el odio más radical y se filtra un costado de discriminación. Cuando insulta pone especialmente el acento en los jugadores extranjeros, en fin nada nuevo para un hincha desquiciado.<br />
Se viene el final de los siete minutos del video y vemos a un padre desmoronado, agobiado por el exceso de pasión y sufrimiento. Es la figura de un padre descendido a la impotencia ante la mirada y el silencio de amor de sus hijos. Desplomado en el sillón de la derrota, en su dolor, cabizbajo, herido de muerte por el fracaso de no tener otra oportunidad. Ya que cuando algo se derrumba se derrumba y habrá que bancar como sea los escombros de la ilusión. Y a su vez el rap de la indignación pierde la voz, el silencio encubre una desazón tan inmensa...<br />
En la misma posición pero sin el torbellino de insultos y sin el drama a cuestas me encontré hace unas horas. Argentina nuevamente eliminada de un torneo; una brisa de tristeza me envolvió. Me fui a dormir y me dormí, con el gusto amargo de la derrota en el paladar. A la mañana siguiente me levanté con un sueño que no recuerdo en absoluto pero que me dejó impregnado en el cuerpo olor a gol, y pensé inmediatamente en "<em>Dios" </em>y en el fútbol, es decir, en aquel representante transitorio del 86, el que nos demostró que la alegría no sólo es brasilera. Gracias por un momento de perfecta <a href="http://www.youtube.com/watch?v=GazBbe2yepw&feature=related">épica,</a> de amor platónico, por aquel estado de ánimo único.Te extraño Diego, fuiste único, volvé, aunque nunca va a ser igual, no importa. Y... como dice la canción<em>: Dale alegría, alegría a mi corazón... </em><br />
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<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
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Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-79331199798666098312011-06-10T15:23:00.025-03:002011-07-31T23:36:25.070-03:00<span style="font-size: x-large;"> "<strong>LOS METIDOS"</strong></span><br />
<div style="text-align: right;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHOIJBPnGNtG-fq8eVQvPEWmQ14zbE5GIsdfTtLl77sSD3mSlBvCakpHRHuhyphenhyphenjMdVLLWbcRR7AeexvrMtqd0Qtl5uAY0569uyXeDf5UY3DGadbqrrMz3zhcjdTpmw4bBNP-3qXgPROD35n/s1600/100_6130.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHOIJBPnGNtG-fq8eVQvPEWmQ14zbE5GIsdfTtLl77sSD3mSlBvCakpHRHuhyphenhyphenjMdVLLWbcRR7AeexvrMtqd0Qtl5uAY0569uyXeDf5UY3DGadbqrrMz3zhcjdTpmw4bBNP-3qXgPROD35n/s320/100_6130.JPG" t8="true" width="320" /></a></div> </div><div style="text-align: right;"><em>"Un chisme es como una abeja: </em></div><div style="text-align: right;"><em>si no puedes matarla al primer golpe </em></div><div style="text-align: right;"><em>mejor no te metas".</em></div><div style="text-align: right;"> </div><div style="text-align: right;">George Bernard Shaw</div><div style="text-align: right;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><br />
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</div>Hace menos de una hora que amaneció. Una grúa de voluntad te levanta. Llevás tu propio cuerpo como arrastrando hacia el baño, a fuerza de agua lo despabilás. En minutos te calzás el disfraz de la realidad y encarás las escaleras del olvido de un sólo envión, abriéndole la puerta de la rutina. Y comenzas a caminar por la vereda en donde el sol entibia tu ropa. Vas concentrado en el porvenir y buscando un rayo que maquille tus ojeras moradas de hastío. Intentás entrar nuevamente en el ritmo de la vida. La noche y los reproches del insomnio ya quedaron atrás, desplomados y casi dormidos en la cama.<br />
<a name='more'></a><br />
Continuás sobre tus pasos, imponiendo una serie de trabajadoras estrategias mentales y reclutando reflexiones propias para así afrontar el día. Pero ponerse a pensar con tanta intensidad se vuelve, poco a poco, agotador. Instantes antes de llegar a destino te cruzás con un puñado de conocidos, estrechás sus manos y hacés una tregua para darte un respiro por tanto organizar tu mundo. Alrededor tuyo las personas comienzan a hablar; la charla se desliza desde lo general a lo particular. Incluyen comentarios desde noticias lejanas hasta cuentos sobre la vida de los otros, sazonados con una pizca de queja y de superación, certificando así cuán dichosas son sus propias vidas, de tal modo que sus cuentas siempre resulten a favor. En fin, todo con aroma a chisme.<br />
Te encontrás participando e involucrándote. <span style="color: orange;"><span style="color: black;">Pero no sabés por qué ni cómo en un momento decanta un comentario, y a</span></span>llí, justo bien adentro tuyo, sin justificación alguna, activa algo propio, aunque no sabés qué. Tan sólo se trata de unas palabras, una frase corta e inesperada cuyo peso es denso y persistente. Al escucharla, quedaste fuera de lugar y una sensación de incomodidad te amarra el cuerpo a la desgraciada vida de los otros. Alguien dijo una simple frase y de repente cambió el escenario, para ser más preciso: el tuyo. Ese que encierra los detalles incómodos de tu historia, los cuales en ocasiones hacés fuerza para escupir, y para colmo lo hacés mal. Y ya sabés la pavada de escupir para arriba: los errores se enchastran en tu propia miseria. Experimentás que los pormenores del cuerpo se agigantan, lo familiar vira a una secta endemoníada, y caen como descolgadas las fotografías de la memoria del desamparo, llevándote a pasear por lugares en donde no la pasaste bien ni fuiste feliz. Imágenes que no soportás y que al mismo tiempo te resistís a desalojar, ya que también forman parte de tu existencia. Se te vino la noche, el insomnio y toda la porquería encima. El mundo que te esforzás en construir tiembla con la fragilidad de un castillo de naipes, y no es por la carambola del destino sino por tu afán de meterte y enredarte en historias ajenas. De pronto se te ocurre la forma de parar la invasión. Imaginás el modo de escapar. Tenés latiendo la inmensa idea del enojo, aquel gran pariente del odio, dando vueltas por la cabeza. Pero nadie diría que el resentimiento es un buen consejero a la hora de arreglárselas en la incómoda ocasión. Si bien te puede sacar de la escena, siempre habrá una cuota de escándalo para darle algo de color al drama. <br />
El escándalo y el ridículo son dos caras de la misma moneda. Y si te metés aún más en el terreno de la ira, te vas a dar cuenta, a condición de parar a tiempo, lo hostil que sos con todos. Y te cae la ficha de la culpa, haciendo un ruido insoportable en la conciencia. Inmediatamente apelás a la figura <em>"del sensible"</em> o <em>"de la víctima"</em> y si posees ciertos atributos teatrales es muy probable que consigas algún que otro beneficio. Pero como se suele decir: <em>"Nada es gratis en la vida...". </em>El costo a pagar tiene su precio, elevado por cierto: sencillamente corrés el riesgo de quedarte <em>"solo".</em> <br />
Se sabe bien que la figura del resentido tiene algunas complicaciones. Una de ellas es que cierran toda la discusión en "<em>la culpa siempre la tienen los demás...";</em> y la otra: se hace muy dificil "<em>soportarlos"</em>,de quererlos ni hablar.<em> </em>Y frente a esto puede que tus defensas se debiliten y que contraigas como una especie de tristeza. Aquella parecida a una gripe de invierno que tose nostalgias de cosas que jamás han ocurrido. Y sentís que la cama te abraza, y si la modalidad se prolonga en el tiempo, tal vez te encuentres en verdaderas dificultades. En tal caso: ¿por qué no permitirse una sospecha?. El decaimiento ya no sería para recuperarse sino más bien para fijar un domicilio allí. Y corrés el riesgo de proclamarte con voz propia <em>"ciudadano ilustre"</em> del famoso, y por todos conocido country: "<em>Que En Paz Descances...". </em>Un modo bastante efectivo, como también sombrío de resignarse a <em>"estar muerto en vida..."</em> . Lo único que falta es que te lluevan penas, no llueven sino que garúan finito... Y si te queda cierto resto de deseo en algún rincón del cuerpo, por qué no aprovecharlo para que te devuelva algo de fuerzas, como si se tratase de una bocanada de aire fresco y puro en el medio de un asmático ahogo. Acaso sea la hora de pensar en una íntima pregunta. No se trataría de la revisión teórica de toda tu vida. Ni que te conviértas en un monje ensimismado venticuatro horas, abocado a la reflexión de poner a prueba una idea inédita y genial. Sino que te animes tan solo a una mínima pregunta: <em> ¿Qué hacés metiéndote en la vida de los otros</em>?, o mejor dicho: ¿<em>Qué hacés enredado en la historia de los otros? </em>Tal vez formulada a tiempo pueda que te de una mano. Y es probable que te inquiete y no por ello rechacés el incluirte en la fila de <em>"los implicados" . </em>Por cierto para pertenecer a ellos es necesario un sólo requisito: no ser <em>cobarde</em>. También siempre se encuentra la tentadora opción de sumarte a lista de <em> <a href="http://youtu.be/uRBDpnl4Jjw">"los distraídos"</a>,</em> pero eso ya es otro tema.<br />
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<img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /><br />
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<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">A modo de despedida los dejo en compañía de un maestro: Gustavo Santaolalla. ¡Hasta la próxima!<br />
<object style="height: 390px; width: 640px;"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/TtXOMp9JfHY?version=3"></P><p></P><p></P><p><param name="allowFullScreen" value="true"></P><p></P><p><param name="allowScriptAccess" value="always"></P><p></P><p><embed src="http://www.youtube.com/v/TtXOMp9JfHY?version=3" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true" allowScriptAccess="always" width="480" height="385"></object><br />
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P.D: Un "acto fallido" adobado con un toque de humor (enlace "<em>los distraídos").</em></div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-81836562873438884732011-03-04T15:10:00.046-03:002011-08-01T21:58:14.687-03:00<div class="separator" style="border: currentColor; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcPfngyv0ECkppRQPC83ka0gnlDqS8-7TUWimSRz_HFfCrveWerv_24UuU-Gr8r3Xp_A0NnlYv7ZfPH37cClWVO1JofvHYMHeDMS3qT9uAge0QfC_DcMwID8R76kD2s6ufBo5UstSR1Rmm/s1600/imagenes+blog.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" class="uploader-thumb-img" height="365" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcPfngyv0ECkppRQPC83ka0gnlDqS8-7TUWimSRz_HFfCrveWerv_24UuU-Gr8r3Xp_A0NnlYv7ZfPH37cClWVO1JofvHYMHeDMS3qT9uAge0QfC_DcMwID8R76kD2s6ufBo5UstSR1Rmm/s400/imagenes+blog.jpg" width="400" /></a></div>
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<i><span style="color: #351c75; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-large;"><b>¿Qué será...?</b></span></i></div>
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Venían mal. A ella últimamente le rondaba la sospecha de que él le era infiel. Una plaga de historias triangulares le carcomían sus días. Vigilaba full time todos sus movimientos y el control se convirtió en el socio ideal para agobiar la relación.<br />
<a name='more'></a><br />
Los celos eran alimentados desde la arrogancia de "macho alfa" que él publicitaba. La propaganda, tarde o temprano vende, y cierto perfil del consumidor femenino compra. Buen negocio para el ego.<br />
La indiferencia y el desgano eran una pareja de "okupas" en su cama. Las relaciones sexuales, se asemejaban más bien a una protocolar y pulcra burocracia diplomática, que a un mínimo acto libidinoso. Ella se sentía ajena del mundo de él. Aquel lugar era, según su olfato femenino, usurpado por otra mujer. Ya no soportaba más la situación a pesar de no tener verdaderas pistas del adulterio. De pronto, saltó la térmica de su pensamiento: lo imaginó riendo, siendo feliz, recorriendo cuerpos y deseos de otras. En ese mismo momento sonó el teléfono y él atendió de inmediato. Ella, desde la distancia, lo observaba hablar; en cuestión de segundos fue invadida por un rapto de locura y súbitamente su humanidad fue empujada por el odio. Cruzó la cocina a zancadas propias de una velocista olímpica. Tomándolo por sorpresa le arrancó el celular que se hallaba aprisionado entre la oreja derecha y la palma de la mano, cortando de raíz el monólogo que infectaba su padecer. Él, con un gesto de sorpresa pintado en su cara, sólo atinó a girar la cabeza y abrir aún más sus ojos, en busca de una explicación del robo y de la furia. En una fracción de segundos la carrera finalizó en caída. Un traicionero pozo le hizo perder la posición vertical; sus largas piernas se enredaron. No fue un simulacro aéreo sino más bien un vuelo humano de escasa altura, con un aterrizaje forzoso contra el áspero piso. Saldo: un tobillo fracturado, escoriaciones varias y la prueba del delito (el celular) desparramada y hecha pedazos sobre la pista. <span style="color: black;">Llegó la asistencia de la emergencia para el traslado al hospital. La silla de ruedas, el dolor y la vergüenza despistaron a la verdad de la escena.</span><br />
Él se sintió afectado, percibió lo poco considerado que había sido y de inmediato justificó el arrebato. Los pactos habían construido un hogar y alejado el entusiasmo; los acuerdos mordaza se desilachaban con sólo imaginarse el mañana. Hacía tiempo que el matrimonio se convirtió en un santuario de rutinas. La pasión fue acunada por una especie de somnífero marca "bostezo" . Algunas peleas intentaron despabilar al cupido marchito que descanzaba en paz en la opaca lápida de un 14 de febrero... ¡vaya a saber de qué año!. Las discusiones eran, por momentos, lo único en lo cual coincidían. En algunos casos, una pelea puede que mueva el avispero del deseo. Y<span style="color: red;"> </span><span style="color: black;">en </span><span style="color: black;">otros, </span>siembra el interrogante y la preocupación acerca del futuro conyugal. Si es tomada a tiempo y en cuenta, puede que reubique y auxilie una agonizante vida amorosa. Como señal de alarma no está mal, pero si se cae en la repetición suena a vicio y si se insiste aún más la destrucción y el odio se convertirán en el único horizonte. Sería como apagar un incendio con nafta. En ocasiones apelaron a dejar pasar un tiempo, se refugiaron en la tramposa esperanza. Y el slogan negador, "borrón y cuenta nueva", puso paños fríos al hervidero.<br />
Él se prometía a sí mismo <span style="color: black;">recomponer la relación con su mujer a fuerza de voluntad y asistencia</span>. Ella se imaginaba recuperándose del golpe; debía pararse nuevamente y de modo distinto. Lo imaginaba a él empujando palabras de amor, siendo diferente de lo que era. Pero la realidad rompía la ilusión.<br />
Los médicos se ocuparon de las heridas, un kinesiólogo del tobillo maltrecho y de su alma en pena. Fue rehabilitado su cuerpo y su femeneidad también. Se sentía escuchada, alagada y mujer.<br />
Los días pasaron, y él observó en ella una extraña e inédita dedicación por lo estético, un fanático esmero por recuperar su salud. Y pensó, mirándose convencido al espejo : <i>"todo por mí...".</i><br />
Cierta mañana en el baño, al contemplarse una vez más y luego de una noche de sueño intermitente, se vió extraño, demacrado, envejecido y hasta algo triste. Se lavó la cara con agua tibia para despabilarse y mientras se secaba con una toalla lo invadió una pregunta: <i>¿Todo por mí...?</i> De repente se sintió turbado hasta desconfiar, y la sospecha lo llevó a seguirla . Así lo hizo. <br />
Con la cautela de un detective emprendió la tarea. Ya en los alrededores del gimnasio esperó el tiempo que duraba la rehabilitación. <span style="color: black;">Había calculado la salida mientras espiaba. Haciéndose sombra con las manos y con la nariz pegada al vidrio de un ventanal, los vió aparecer.</span> Se quedó estático, como si se hubiera congelado. Con la mirada activa y manchada de bronca examinó <span style="color: black;">el modo en que se saludaron, y todos los detalles del hombre que hacía maquillar a su mujer. A pesar que sus ojos no lograron</span> fotografiar rastro alguno del engaño, conmovido, observó una sonrisa fácil y fresca en ella, el esquema corporal erguido y seductor, una nueva forma elástica de moverse como dilatando la despedida y repartiendo sensualidad ensayada. Apretando la mandíbula y los puños fantaseó con la venganza: un modo violento de asesinarlos, hasta se imaginó cavando una fosa, borrando las huellas, en fin, perdiendo la cabeza... Pero los remordimientos de tan sólo imaginarlo detuvieron el plan. Y la ira en un soplo de tiempo cedió, dando su lugar a la angustia que comenzó a estrujarle el cuello y llegó hasta el ardor del alma. Con esfuerzo volvió en sí, se blindó la cara con unos anteojos oscuros y huyó para no ser descubierto rengo ni atormentado. <br />
Llegó a su hogar abatido: recorrió el dormitorio vacío, los olores, la cocina, los recuerdos, y de repente sintió que se le venían abajo las paredes del dolor, del tiempo. Aturdido, logró salir a tomar un respiro, se sentó en los escalones de la puerta de entrada, mientras la esperaba preparando el dictamen de la ruptura. A lo lejos la vió venir con un andar rehabilitado.Tragó saliva para desatar el nudo de la desesperación en la garganta, instantes después pensó en voz alta y con firmeza: <i>-¨La decisión está tomada</i>". Ni bien se escuchó, un escalofrío le sacude el cuerpo, mete la cabeza entre las rodillas y con los brazos las envuelve, encerrándose sobre sí mismo para no ver ni medir la distancia...<br />
Ella lo ve sentado como una bolita, le llama la atención la postura y apura el paso. Mirando el suelo y pensándose como una mujer diferente, decidida, se le cuela un monólogo interno: -<i>¿Por qué tenemos que ser <a href="http://draft.blogger.com/"></a><span id="goog_775410613"></span><span id="goog_775410614"></span></i><a href="http://www.todotango.com/spanish/las_obras/Tema.aspx?id=WSwptVLW7ss="><i>como dos extraños</i></a><i>? ¿Por qué, mi amor...?.- </i>Levanta la vista y detiene la marcha frente a él. Espera unos segundos y avanza un par de pasos; ella lo contempla, inmutable. Con congoja se inclina y le acaricia la cabeza pensando:<i> tal vez sea tarde, demasiado tarde...</i> <i> </i><br />
Y... sí, los celos reavivan la imaginación. Los aliados para la tarea siempre son los terceros porque cuando se quiere asegurar que no hay nadie más, lo único que se logra es meter a los otros hasta el cansancio.<br />
En el fondo los celos, más allá de los fundamentos que los gatillan, son el escenario tras el cual se oculta una profunda y amarga decepción: que entre dos no alcanza y la media naranja nunca es media...<i> </i>Entonces, el amor:<i> <b>¿Qué será...? </b></i><br />
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<img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; border: 0px currentColor;" /><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="385" src="http://www.youtube.com/embed/uKmUuVKJjAc" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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Dibujo de Octavio Alberto Joaquín Tapia (Mendoza, Argentina).Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-56919520789056278922011-01-01T16:49:00.031-03:002011-03-06T20:42:43.353-03:00<div align="center"><span style="color: #38761d; font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-large;"><em>Fin de año</em></span></div><br />
Un año que termina, otro latiendo ahí nomás con olor a pólvora y gusto a champagne. Expectativas nuevas, brazos que se extienden, copas delatoras, brindis con los dientes apretados en un diálogo interno cargado de anhelos; ritual que se repite y abraza casi al pensamiento mágico de cada año...en fin, tantas cosas. Momento de balances me detengo unos instantes en la palabra, la repito: <em>ba-lan-ces.</em> Algo no me suena ni me cuadra. Para ser sincero debo reconocer que desconfío bastante de éstos; casi siempre son tendenciosos, oportunistas, porque no decirlo, tramposos. Ocultan más de lo que declaman, como si se tratasen de recuerdos encubridores devaluados y sostenidos únicamente por la férrea voluntad del yo. Es el árbol que tapa el bosque; siempre quedan cosas al costado del tintero de lo vivido. Un año es una medida de tiempo modelado por nuestra subjetividad y los acontecimientos que nos atraviesan e impactan de variadas maneras. No obstante, con la advertencia resguardada en el bolsillo de la duda y para no pecar de tacaño, sostengo que vale la pena entusiasmarse con lo nuevo. Es un modo de arreglárselas con lo desconocido y distraerse al menos por un rato. Por ello, deseo compartir algunas perlitas que descubrí durante el año. Basta de preámbulos. ¡Felicidades a todos! Hasta el próximo post.<br />
<a name='more'></a><br />
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<span style="color: #b45f06; font-size: large;"><em><u>Música:</u></em></span> Tony Zenet, andaluz que refresca con canciones matizadas con boleros, flamenco, y aroma latino. Se suman, unas pinceladas de jazz.<br />
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<object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/ytDzjdroA8M?fs=1&hl=es_ES"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/ytDzjdroA8M?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br />
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<span style="color: #0b5394; font-size: large;"><em><u>Un disco:</u></em></span> <em>Ten. </em>de<em> </em><a href="http://www.fuebuena.com.ar/wp-content/uploads/2010/07/malosetti-ten.jpg">Javier Malosetti</a>. Imperdible versión de <em>Money for nothing. </em>Derrocha buen gusto.<br />
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<span style="font-size: large;"><em><u>Humor:</u></em> </span><span style="font-size: small;">Esteban Podeti, gracioso e inteligente <a href="http://weblogs.clarin.com/podeti/">http://weblogs.clarin.com/podeti/</a></span><br />
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<span style="color: #351c75; font-size: large;"><em><u>Un escritor:</u></em></span> Pablo Ramos. Sin duda lo mejor que he leído en años. Su última novela "<em>En cinco minutos levántate María"</em> viene a darle forma a su triología: <em>" El origen de la tristeza" "La ley de la ferocidad". </em>Reitero: Un gran escritor. Muy recomendable. Sacarse el sombrero es lo mínimo.<br />
A continuación les dejo una interesante entrevista: <a href="http://youtu.be/7a4pUgSmXVs">http://youtu.be/7a4pUgSmXVs</a>.<br />
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<span style="color: #cc0000; font-size: large;"><em><u>Blogs:</u></em></span> Bien escrito. El autor muestra que un blog puede convertirse en un instrumento de producción intelectual y creativo. Jerarquiza el espacio. <a href="http://losdesnudosylosmuertos.blogspot.com/">http://losdesnudosylosmuertos.blogspot.com/</a>. <br />
Una mirada diferente y filosa sobre la realidad <a href="http://ilcorvino.blogspot.com/">http://ilcorvino.blogspot.com/</a>. ¡Obrigado..!<br />
Sería una injusticia dejarlo afuera de los recomendados <a href="http://elanacoreta86.blogspot.com/">http://elanacoreta86.blogspot.com/</a>.<br />
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<span style="color: #274e13; font-size: large;"><em><u>Literatura:</u></em></span> Buena información y completa <a href="http://blog.eternacadencia.com.ar/">http://blog.eternacadencia.com.ar/</a><br />
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<span style="color: #783f04;"><span style="font-size: large;"><em><u>Un sabor:</u></em> <span style="color: black; font-size: small;">Jugo<em> Citric</em> de naranja, se ganó un lugar en mi heladera. (sin ánimo de publicitar). </span></span></span><br />
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<em><span style="color: #a64d79; font-size: large;"><u>Psicoanálisis:</u></span></em> Carmen González Tabóas. Un gusto leerla. <a href="http://www.digopsicoanalisis.com/">http://www.digopsicoanalisis.com/</a> <br />
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<span style="color: #134f5c; font-size: large;"><em><u>Lecturas</u> (Psicoanálisis y Literatura):</em></span> <em><a href="http://farm4.static.flickr.com/3234/3716812249_d84ca611ce.jpg">"Un Final Feliz"</a> </em>De <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gabriela_Liffschitz">Gabriela Liffschitz</a> (1963-2004). ¿Qué será? Una novela, vida, encuentro con un psicoanalista, testimonio, autobiografía. Les aseguro que vale la pena buscar la respuesta en el propio libro. No se arrepentiran.<br />
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<span style="color: #444444; font-size: large;"><em><u>T.V:</u></em> </span> <a href="http://www.encuentro.gov.ar/">http://www.encuentro.gov.ar/</a> y para niños <a href="http://www.pakapaka.gov.ar/">http://www.pakapaka.gov.ar/</a> .Diversidad garantizada.<br />
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<span style="color: #cc0000; font-size: large;"><em><u> Un Poema :</u></em> </span><em>La lluvia </em>de <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9ztWeG1AUFyhyphenhyphenMmuAz8V4AwWYot3nU3qym2m8SsTXmVe18_cVtfDur_7UojaFUfWLtxxnF7BZ44f09hr7D5aFu8n0u1kWr3zWNxxY0HQFsgDpu5xjHw_rE2o1eedPrXgPAMySO_2lxgBt/s1600/oliverio.jpg">Oliverio Girondo</a>, en la voz de Tom Lupo. Si cerrás los ojos y te dejás transportar, ni bien concluya verás como te humedeció el alma.<br />
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<object height="28" width="335"><param value="http://www.divshare.com/flash/audio_embed?data=YTo2OntzOjU6ImFwaUlkIjtzOjE6IjQiO3M6NjoiZmlsZUlkIjtpOjEyNDI5Mzk2O3M6NDoiY29kZSI7czoxMjoiMTI0MjkzOTYtMDNhIjtzOjY6InVzZXJJZCI7aTowO3M6MTI6ImV4dGVybmFsQ2FsbCI7aToxO3M6NDoidGltZSI7aToxMjkzOTI4NDQ3O30=&autoplay=default" name="movie"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><param name="wmode" value="transparent"></param><embed wmode="transparent" height="28" width="335" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" src="http://www.divshare.com/flash/audio_embed?data=YTo2OntzOjU6ImFwaUlkIjtzOjE6IjQiO3M6NjoiZmlsZUlkIjtpOjEyNDI5Mzk2O3M6NDoiY29kZSI7czoxMjoiMTI0MjkzOTYtMDNhIjtzOjY6InVzZXJJZCI7aTowO3M6MTI6ImV4dGVybmFsQ2FsbCI7aToxO3M6NDoidGltZSI7aToxMjkzOTI4NDQ3O30=&autoplay=default"></embed></object><br />
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<span style="color: #7f6000; font-size: large;"><em><u>Un artista:</u></em></span> Octavio Alberto Joaquín Tapia (Mendoza, Argentina) su obra convierte al hombre común en crítico de arte. Su sutileza impacta.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.facebook.com/photo.php?pid=236005&id=100000483142617" id="myphotolink" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img height="288" id="myphoto" src="http://sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash1/hs508.ash1/30004_122246687801435_100000483142617_236004_275170_n.jpg" width="400" /></a></div><br />
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<span style="background-color: white; color: #674ea7; font-size: large;"><em><u>El Homenaje:</u></em></span> Treinta años sin John Lennon.<br />
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<object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/sRFseuJBOlA?fs=1&hl=es_ES"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/sRFseuJBOlA?fs=1&hl=es_ES" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br />
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Para mi amor.<br />
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Gracias por las visitas, sus tiempos y comentarios.<br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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PD: Con el fin de evitar ser invadido por eventuales balances. El post fue publicado el 1 de enero del 2011...por las dudas...Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-3798266012206651512010-11-03T08:33:00.024-03:002011-07-02T11:06:33.009-03:00 <b> </b><br />
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<b><span style="font-size: large;"> </span><span style="color: #0b5394; font-size: x-large;">"DE PADRE"</span></b><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZRChrt2llMkh7TahIzQ7RJeqDoCmurg5UJAEMEgv8xte9swzgQA6Ssmcy5e3dPyWlCzrrkTyUDZg1D-YgUqBVPMAcnbhnNWCc13lfgqV-JvScAqMHvW8aDmArujleUHBYsKpCIPgyca7T/s1600/100_5409-pola.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nx="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZRChrt2llMkh7TahIzQ7RJeqDoCmurg5UJAEMEgv8xte9swzgQA6Ssmcy5e3dPyWlCzrrkTyUDZg1D-YgUqBVPMAcnbhnNWCc13lfgqV-JvScAqMHvW8aDmArujleUHBYsKpCIPgyca7T/s400/100_5409-pola.jpg" width="328" /></a></div><br />
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<span style="color: #4c1130;"><i>“Padre, ¿porqué me has abandonado?” Jesús de Nazaret</i></span><br />
<div style="text-align: right;"><span style="color: #4c1130;"> </span></div><div style="text-align: justify;">Manuel tiene algunos retazos de recuerdos de su Padre, pero la mayor parte los sepultó gracias al albañil que él mismo se construyó con el fin de arreglárselas frente a aquel acontecimiento. Desde el hondo bajo fondo, a fuerza de paladas repletas de olvido, emprende la tarea para llenar un lugar desierto.</div><div style="text-align: justify;">La memoria, siempre tan caprichosa y testadura, tiene que ser golpeada y amordazada para que sea enterrada. Pese a la lucha, algunos recuerdos ingeniosos y escurridizos logran la fuga.<br />
<a name='more'></a></div><div style="text-align: justify;">Gran parte de la empresa se montó ni bien su padre perdió la suerte. Le bastó una tirada de dados que cambió el juego, los mismos se tiñeron de negro y la esperanza mutó a deshasociego. Dejó pronto este mundo y el de Manuel. Todo lo que ocurrió, fue veloz, extraño, como ajeno e imprevisto.</div><div style="text-align: justify;">Desde siempre bailaba en su cabeza una frase escuchada en boca de él: <i>“Son las cosas de la vida, hijo…” </i>Incluía variados elementos entre ellos uno nuevo: <i>La muerte. </i>Como toda muerte temprana e inesperada trajo turbulencia y cambió el orden de las <i>cosas</i>.<i> </i></div><div style="text-align: justify;">Con el discurrir del tiempo descubrió que aquella frase era protectora y lo resguardaba de la ferocidad del mundo, o cuando algo siniestro se le venía encima como un alud inoportuno y desvastador. En muchas oportunidades se humedecen los pañuelos y los puñales de la pena hacen su faena bien adentro, causando un dolor punzante, movedizo y difícil de identificar. Hubiera preferido en dicho momento, ante su luctuosa y rancia presencia, recluirse en un bunker impenetrable como aquellas fortalezas que protegen a personas con aires de inmortales e impermeables a los sufrimientos humanos. Hubiera sido perfecto, ideal frente a semejante golpe. Pero no fue así, su refugio sólo fueron palabras crujíentes de sufrimiento. Sí, su padre partió y no volverá nunca más. Momento de luto.</div><div style="text-align: justify;">No obstante, según el refrán acostumbrado para la <span style="background-color: white;">ocasión</span>: <i>"No hay mal que dure cien años...". </i>Duró menos que cien años, duró sólo lo sufrido, ya que el tiempo se alineó detrás del calendario y pasó a su ritmo<i>. </i>El torbellino amainó y la tristeza acurrucada imploró una lágrima más. Aprendió a vivir con un gusto de orfandad en el paladar.</div><div style="text-align: justify;">Un puñado de ideas colgadas con reminiscencias fueron trasmitidas por su padre. Lo ayudaron y mucho. Recordó algunas charlas: a Manuel le molestaba bastante cierta distancia con su padre, quería y buscaba en él a un amigo, un coautor, su cómplice en todo, pero nada de eso tenía lugar. No había caso, siempre se las ingeniaba para ubicarlo como hijo. Con el paso del tiempo se dió cuenta que a los amigos se los elige y a veces caen en la propia amnesia. Al padre no. </div><div style="text-align: justify;">Su padre nunca se excedió. Aquellos que sobreactúan el rol casi siempre terminan siendo persecutorios, temibles y rígidos, obligan, indefectiblemente, a un forzoso engaño; la mentira es la salida desesperante y plagada de culpa. No se los puede mirar a la cara y mucho menos recurrir a ellos, aún como si fuese una última instancia. El grito mudo de la desesperación no puede ni tiene lugar en aquellos donantes de apellidos. Y no es por pudor, sino más bien por terror a la humillación.</div><div style="text-align: justify;">Los hay también quienes intentan reivindicarse en sus hijos, de aquellas cosas que no pudieron ser, conseguir o realizar. Pesada y molesta carga que deben soportar los herederos. Los miran como a su propio espejo, cuya imagen devuelta se relaciona y amortigua con aquello que no fueron ni serán nunca<i>. </i>A menudo se escucha con destellos de delirio de grandeza: <em> "Mi hijo el doctor, el ingeniero, la inteligente, el que gana plata, la mejor, el mujeriego, el que se la banca, la más linda, bla bla bla ...", </em>un rap yoico insoportable. Medallas de plomo por un lado y todos "antecedentes" para maquillar el narcisismo paterno por otro<i>. </i>Esa falsa modestia envuelta con el moñito del <i>orgullo</i> de tener el mismo nombre, pedigree, linaje.<i> </i></div><div style="text-align: justify;">Ser hijo nunca es fácil; en tal caso un padre puede ser una referencia perfecta para cambiar inmeditamente de rumbo. Inclusive si da, por qué no, desoírlos. Manuel pensó<i>: "Nada más alejado de mi viejo..." </i></div><div style="text-align: justify;">Algo que sí le trasmitió es un detalle casi imperceptible: su padre le demostró de manera sutil, casi implícita, que su madre era una mujer, y ha sido o fue alguna vez la suya. Mejor dicho, el deseo de aquella mujer (su madre) tenía un puerto seguro en aquel hombre. Sí, un hombre quien no dudó ante la deseosa situación, dejó colgado el overall de padre sin vacilaciones. A partir del deseo de una mujer, desde allí, su padre pudo desviar aquel fenómeno (no el único) de realización de una mujer que encuentra en los hijos, es decir, siendo madre se es mujer. La función del padre señala que existe un más allá del juego de completud vivenciada entre una madre y sus hijos. Cuando no acontece un basta, una frontera, un límite que oficie de tope se viene lo peor... No es el caso.</div><div style="text-align: justify;">Volviendo al detalle, sí que ordenó su familia. Tal escena fue incluida por la madre, lo habilitó a calzarse el verdadero traje de Padre. Cabe señalar que se trata de una escena en la cual no necesariamente se tenga que perpetuar. Es allí dónde se juega el principal límite. Sin embargo, es condición necesaria que un padre haya sido alguna vez, como hijo, limitado. Es decir, haberse quedado fuera de escena también. Una lógica interna que da respiro, vida y deseo.</div><div style="text-align: justify;">Hoy en día se vocifera tanto de límites, y hay quienes se abocan obsesivamente a los mismos. Pero no son padres, sino más bien una especie de educadores domésticos, cuya misión es insistir hasta el hartazgo. Para convertirse en un maestro solamente hay que estudiar; en cambio, no existen Universidades para "ser padres". Sí apareciese alguna, todo es esperable en nuestra época, ¡a cuidarse!, ya que se trataría de una temeraria estafa. </div><div style="text-align: justify;">Manuel también cayó en la cuenta de que la presencia del padre no garantizaba nada; el suyo estuvo ausente de cuerpo y presente en palabras. No quiere decir que no lo hechó de menos, por momentos se indignaba de tal forma que el enojo tenía su traducción en clave de reproche. Pensaba en la lista de responsabilidades que no cumplió, las situaciones con ausente en rojo sangre remarcado, ese modo de desamparo precoz que escupe latidos de recriminación. Y una vez que decantó la bronca le surgió una idea clara como la luz del día de un cielo abierto. Advirtió que su padre, más que respeto, había conquistado un derecho y una realidad: el derecho a <i>ser querido</i> y que realmente no era <i>inmortal</i>. Aquí el azar no tiene ni lugar, ni la capacidad de crear un padre. Tal vez sí de arrebatarlo.</div><div style="text-align: justify;">Manuel se hizo hombre, como así también padre. Cierta vez, Manuel caminaba con su hijo sobre sus hombros, (hijo que tenía la edad de los niños que taladran con los "porqués"<i> </i>al mundo), bajo el mismo cielo infantil. Él observó cómo habían crecido los árboles desde la última visita, mientras que el pequeño descubrió la altura, las formas, los olores y colores, los retoños, los añejos. Entre tanta observación le preguntó: -<i>¿Papi cuantos años tienen los árboles?-, </i>señalando hacia arriba con el curioso dedo.<i> </i>Manuel le respondió desde una asociación libre: -<i>Como los años que tendría tu abuelo ahora-. </i>Quedó sorprendido por sí mismo y no pudo comprender la respuesta lanzada desde su boca, un paso íntimo indisimulable.<i> </i>El hijo miró serio hacia adelante y frunció el ceño, y al ritmo del caballo cansado que lo lleva en los hombros; soltó una especial pregunta:<i> -¿Papi, el abuelo prodría estar acá?-.</i></div><div style="text-align: justify;">Manuel acomodó una molestia anónima que lo invadió y se esforzó en dar una respuesta acorde; no debía defraudarlo ni defraudarse: -<i>¿Qué le digo?-</i> se preguntó <i>- Sí, pero se fue del mundo hace muchos años, el abuelo murió joven .</i></div><div style="text-align: justify;"><i>-¿Y... por qué pa?-. </i>Sin titubear respondió: <i>-"Por las cosas de la vida, hijo...-" </i></div><div style="text-align: justify;">Una ráfaga de silencio los atravesó y unió. De repente, Manuel recibió un fuerte abrazo que le rodeaba la cabeza, lo dejó como un "gallito ciego" unos instantes. A pesar de ello, siguió sobre sus pasos algo desorientado, espiando entre los dedos que le impidían la visión. Se relajaron, jugaron y rieron. De pronto, la diversión se diluyó cuando los bostezos despidieron aquel trance infantil. Con su hijo ya dormido y desplomado en sus brazos, algo agotado mira fijamente el cielo, tan abierto, inmenso... Un avión lo rayonea y unas aves musicalizan el instante. Es su cielo: infinito, inalcanzable, siempre lejano, tan imborrable. Respira para ganar oxígeno inflando su pecho de aire, vida y se siente más <i>Padre </i>que nunca...y piensa con lágrimas en su mirada, densas de tristeza : <i>¿Por qué me has abandonado? Por las cosas de la vida...!</i></div><div style="text-align: justify;"><i> </i></div><div style="text-align: justify;"><br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><i>Quiero agradecer</i> <i>de manera profunda al artista mendocino <b>Octavio Alberto Joaquín Tapia, </b>quien desinteresadamente me ha permitido incluir sus dibujos en el blog. Que lo disfruten.<b> </b> </i></div><br />
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<object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/vUFQQxklRSg?fs=1&hl=en_US"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/vUFQQxklRSg?fs=1&hl=en_US" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br />
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PD: Dedicados a los Padres que son, a quienes serán, a los que se irán...Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-71311729547459346902010-09-20T18:46:00.048-03:002011-09-06T22:32:55.785-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZIzNbc8ETY_wzumUkcyYSsNup8axuodZTQ0Ry4MpeKpmrI9taZoq9ld_u22H_hrNZAwtJJBmy6DpiSzxq7RXi26ZgC0NviMuehu-mgWEF4Y_55-0dZ2VX6p7HDJaK75qJtJ2yoEc9pxH/s1600/100_5201.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" qx="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZIzNbc8ETY_wzumUkcyYSsNup8axuodZTQ0Ry4MpeKpmrI9taZoq9ld_u22H_hrNZAwtJJBmy6DpiSzxq7RXi26ZgC0NviMuehu-mgWEF4Y_55-0dZ2VX6p7HDJaK75qJtJ2yoEc9pxH/s320/100_5201.JPG" width="320" /></a></div>
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<span style="font-size: x-large;"><span style="color: #674ea7;"><i><span style="font-family: Tahoma;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">"Los Guardianes de <personname productid="la Falta" w:st="on">la Falta</personname></span></span></i><span style="font-family: Tahoma;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">”</span></span></span> </span></div>
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<span style="font-family: Tahoma;"><i>"<span style="color: #4c1130;">El deseo es el deseo del Otro"</span></i><span style="color: #4c1130;"> </span></span></div>
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<i><span style="font-family: Tahoma;"><span style="color: #073763;">Jacques Lacan.</span></span></i></div>
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<span style="font-family: Tahoma;">Hay personas buenas, dispuestas, higiénicas y prolijas, prudentes, expectantes a los pedidos y rápidas de reflejos, vestidas a la moda con la marca de nuestros tiempos: la eficacia, amables express, de gestos gentiles, esmeradas, reconocen generalmente lo que buscan cuando lo encuentran. Proclives a las respuestas instantáneas a expresiones tipo: “<em>¿Necesitas algo?,¡Lo que vos Quieras!”.</em> </span><span style="font-family: Tahoma;">Circulan con la idea de ganarse el cielo, poseen mayormente cualidades barnizadas por el prestigio de <em>" ser buena gentes"</em> . Ocupan gran parte de su tiempo en la profesión de lo que desean los demás. </span> <br />
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">Cuando dichas personas se pasan de la raya, extreman su estoica tarea, y su misión se convierte en "<em>ser buenos"</em> constantemente o hacen apología de la cordialiadad. Verás, de a poco, te empezarán a fastidiar, algo se te hará cuesta arriba, como molesto,<em> </em>hasta colmarte de tedio y generarte ganas de desaparecer lo antes posible ya que la incomodidad te invade de cuerpo y alma. Tu capacidad de reír se marchitará con el paso del tiempo. Y los verás en el afán extremo de estar a tus pies, como así también en los sacrificios heroicos para que nunca te falte nada. Y además demostrarán que saben lo que hacen realmente, esgrimen un futuro con certificadas garantías. Un detalle: los hombres jamás saben algo certero de lo que hacen. Sino hubieran inventado una herramienta que nos estirpe el malestar en el cual naufragamos a la deriva.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">Y si sos buen observador, abrí bien los ojos y ajustas aún más las pupilas, miralos con el mayor detenimiento posible, sumále el inventario de las tareas realizadas y alejate de sus amables muletas. Entonces los verás inquietos, nerviosos, tensos y te darás cuenta que en el fondo encontrarás más bien a alguien asustado y con las defensas alertas. ¿Cómo decirles que <i>no</i>, con tan buenas intenciones? Complicado, no...?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">El problema entonces, no reside en cuestionar los buenos modales, ni la honestidad, ni los actos importantes que una persona pueda realizar sino a su exageración, abuso y persistencia. Cuando en sus vidas no existe un mínimo lugar para resentirse con el mundo, es porque su mundo ya posee la dedicación exclusiva en taparle el hueco al Otro, llámese este último: novia, esposo, trabajo, amigos, familia, sociedad, jefes, nación o a vos por citar algunos ejemplos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">Están al acecho de lo que querés aún antes de que lo experimentes y lo sientas. Ya que si querés algo la condición necesaria es que no lo tengas. El amable avezado apunta a dejarte sin el menor deseo, lo disuelven con sus estrategias y destrezas. En el mismo ejercicio han podido detectar la trama de lo que querés, de tus gustos, hasta de algunos de tus pensamientos. No porque posean poderes sobrenaturales ni dotes de adivinador sino por el modo que se defienden de las faltas, las van conociendo y examinando con cautela para no despabilarlas, introduciendo a un hermano de teta del control: <i>El dominio</i>. Ya que para servirte bien y tratarte aún mejor deberán conocer los pormenores sobre lo que hiciste, lo que hacés y lo que harás. Todo por las armónicas relaciones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">Si algo caracteriza a los hermanitos es que no desean ni dejan desear. Te colman y vigilan de tal manera que quedás aplastado y huérfano de ganas, con la pasión desinflada y el corazón congelado. Además te sentirás jubilado antes de empezar; todo te costará el doble que a una persona común. Ya con dicho panorama te resta tomarte un puré de pastillas para la depresión así te empuja a sacarte de encima tamaña tristeza. Pero ojo con tropezarse de dopado nomás, y en estas instancias un golpe pueda que te lastime. Como consecuencia directa, escucharás el aullido de una sirena para abrirse camino en el tumulto de preocupaciones, y tendrás en unos instantes a un enfermero profesional a tu lado lamiéndote las heridas. Recomendación: Fuera de todo dramatismo. Pensalo bien, evitate el atracón de antidepresivos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">¿Y cuando a los guardianes se les escapa la falta? Problemas seguro, principalmente porque la falta es el mar dónde navega y se disfraza el deseo. Y es allí donde golpean las olas de la vida, errantes, calmas, caóticas, tibias, tempestuosas, disfrutables.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">Es titánico el esfuerzo por conseguir un deseo cinco estrellas, bronceado con aroma a caribe, programado y con un martini incluído. Suena muy bonito, pero no obstante y lamentablemente es en vano, no es la vida sino más bien se asemeja al cine (cierta variedad de cine) con su "<i>the end"</i> de suspiros y despedida, donde se suicidan lágrimas edulcoradas con <i>popcorn</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
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<span style="font-family: Tahoma;">La complicación mayor estalla en el plano del amor. <a href="http://4.bp.blogspot.com/_r2pkUiAccTw/S3BTrsW7irI/AAAAAAAAAyU/F-3p4TtGV6Q/s400/jacques+lacan.gif"><span style="color: #134f5c;">Lacan</span> </a>sostenía en una definición enroscada: “<i>Amar es dar lo que no se tiene”. </i>Para ellos, <i>dar lo que se tiene </i>es una<i> </i>bicoca, es soplar y hacer botellas. Es allí donde se gesta su sociedad con la obligación y el sacrificio llevándose puesta sus vidas. Nada más alejado del placer y más cercano al aburrimiento. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: left;">
<span style="font-family: Tahoma;">En cambio, <i>dar lo que no se tiene</i> vaya que el asunto se pone espinoso. Para amar hay que reconocer y confesar la falta propia. Los guardianes evitan por todos los medios preguntarse: ¿<i>Por qué trabajan tanto para los otros?</i> En la medida que no se atrevan a cuestionarse profundamente e implicarse hasta la médula, tendrán que atenerse a las consecuencias: <i>No conocerán jamás El Amor, ni el riesgo ni sus delicias…</i> </span><br />
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<div style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;">
<img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='480' height='385' src='https://www.youtube.com/embed/ZAjASemgx3E?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<a href="http://www.mylivesignature.com/" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;" target="_blank"></a> </div>
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Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-27954626711380242922010-08-17T23:25:00.101-03:002011-03-09T19:24:17.015-03:00<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;"></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcj2Bd7lI5zbYEVTGKn4pol3PHGa-irTPGf93fs6J5IBTukn3_rm-JE0wIJuYPeWmdVvm-k9rVJqrSBjm-fY9eUnxuDuXDPtm1EOT3X9WkiGbKl-v0vWyL0iq9KhH7RDD5oWLLdI5hs4FJ/s1600/lua+blog.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" ox="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcj2Bd7lI5zbYEVTGKn4pol3PHGa-irTPGf93fs6J5IBTukn3_rm-JE0wIJuYPeWmdVvm-k9rVJqrSBjm-fY9eUnxuDuXDPtm1EOT3X9WkiGbKl-v0vWyL0iq9KhH7RDD5oWLLdI5hs4FJ/s320/lua+blog.JPG" width="244" /></a> </div></div></div><div style="text-align: left;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><i><b><span style="color: #cc0000;"> <span style="font-size: x-large;"> </span></span></b></i><br />
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<i><b><span style="color: #cc0000;"><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;"> </span></span></span><span style="color: #e06666; font-family: Times, "Times New Roman", serif; font-size: x-large;">LA GATA</span></b></i></div></div></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
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<div style="text-align: right;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"> <span style="color: #741b47;"><i> <span style="color: #4c1130;"> </span></i></span><br />
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<span style="color: #741b47;"><i><span style="color: #4c1130;"> </span><span style="color: #073763;"> ¨Todos los espejos llevan mi nombre</span></i></span><span style="color: #073763;">¨</span></div></div></div><div style="text-align: right;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="color: #741b47;"><span style="color: #4c1130;"><span style="color: #073763;"> </span><span style="color: #741b47;"> Jacques Rigaut.</span> </span> </span></div></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
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</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: right;"> <span style="color: #274e13;">¨Si uno se siente mal, mira a los gatos </span></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: right;"><span style="color: #274e13;"> y se siente mejor, porque ellos </span></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: right;"><span style="color: #274e13;"> saben que las cosas son como son.</span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: #274e13;"> No hay por qué entusiasmarse y ellos</span></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: right;"><span style="color: #274e13;"> lo saben.¨</span></div><div style="text-align: right;"> <span style="color: #0b5394;">Charles Bukowski. </span></div><br />
Me encuentro enfrentado a mi PC. A pesar del esfuerzo, no se me cae ni media idea para comenzar a escribir un nuevo post. De pronto, contemplando el teclado y el monitor, un movimiento familiar me saca de foco y de la presión propia. Miro por arriba de la pantalla y me detengo en esas coordenadas: es mi gata, se acaba de trepar en la biblioteca. Comienza a rozarse con la sensualidad que le es propia a la especie pero en ella parece acariciar lo erótico. Los libros, son los elegidos como partenaire de turno. De repente se detiene en unos y los olfatea, se refriega nuevamente; sus bigotes y hocico develan cierta inquietud que aumenta hasta llegar al impulso de apoderarse de aquello que le atrae. Va por más: mete la pata entre unos libros y aparecen las uñas; los tiene en la mira sus pupilas se dilatan aglutinando adrenalina. A modo de un cirujano insiste y los extrae con su garra hacia sí, como si quisiese sacarlos del encastre de la biblioteca. Lo logra: los libros caen y golpean con un ruido seco quedando en posición horizontal todo a su merced. Vaya a saber uno para qué. La curiosidad puede con ella. ¿Qué querrá? <em>Sólo mi gata lo sabe</em>.<br />
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<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Había comprado esos libros unos días atrás. Recuerdo que me encontraba en una librería de segunda mano leyendo unas contratapas. De pronto irrumpieron dos señoras de mediana edad, una de ellas corpulenta con aire teatral y de elegancia forzada, su rostro pintado como una puerta. La diferenciaba de ésta el olor a cosmético acumulado que emanaba. La otra mujer, todo lo contrario: desalineada como despertándose de una pesadilla, traída a la fuerza, temblorosa con olor a insomnio. Su cara pálida delataba pánico e incomodidad, ojos desorbitados, como resistiéndose en la antesala de una prematura y frágil vejez. Más candidata a una consulta psiquiátrica que ser una ociosa lectora. No podía dejar de mirarlas. La de la máscara, la envolvía y sujetaba con un brazo, movía los labios con desesperante seguridad y sin pausa al oído. El otro brazo estirado, y con la mano derecha estrangulaba a un libro, como quien empuña la férrea convicción que es allí donde se encuentra la palabra sagrada. Lo sagrado tiene su autoridad, convoca multitudes.</div>Saliendo casi de la librería y desde la puerta, una de las mujeres, por supuesto la directora de la escena, tuerce el cuello, me mira y dice, con voz ronca de tabaco: <em>-“Te lo recomiendo nene, a mí me salvó…-”. </em>Dije dentro mío:<em> ¿De qué…? ¿Me habrá visto cara de escuchador?</em> después reprimí... Para no ser descortés respondí: <em>-¡Gracias señora! Lo voy a tener en cuenta.</em> No obstante algo despertó en mi. La intriga: ¿Qué secreto encerrarían los valorados libros?<br />
Pasaron unos segundos, relojeo por la vidriera como espiando la suerte de las señoras. Las dos al galope se alejan con la compra atesorada contra el pecho y con el peso a cuestas de ser personas.<br />
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<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><i>"La curiosidad mata al gato"</i>. <i>Clinck</i>-caja, a falta de uno me llevo dos. Y no cualquiera sino de los bien conocidos libros de<i> “autoayuda”</i>. Siempre los había subestimado aún sin leerlos. <a href="http://www.bsprofesores.es/nietzsche.jpg">Nietzsche</a> sostenía: <i>“lo que no te mata te fortalece”.</i> Zafé del destino del gato, pero no de la experiencia voluntaria de leer la mentada literatura del amparo. </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Extraje algunas conclusiones: En principio los libros que leí no son iguales, aunque poseen características comunes, por ejemplo: no son difíciles de leer, ni tienen un vocabulario técnico, el mismo se evita debido a la tendencia a que sean populares. Tampoco se dirigen a alguna clase social en particular. Repletos de casuística, de ejemplos y breves biografías, experiencias e historias tendenciosas. Estadísticas de donde se sustraen viciosas verdades traducidas en números. Se pondera la emoción y los sentimientos. Abrir un libro de autoayuda no es una operación intelectual, sino emocional, sentimental y en última instancia hasta con cierto vuelo religioso, siendo el mercado el que reúne las condiciones de dios único. Hay una repetición semántica, dicen mil veces lo mismo. Son difíciles de leer hasta el final, si el lector no se entrega al tácito juego propuesto.</div>La característica más notable de la mencionada literatura es la relación del autor con el lector. El autor nos comienza a cuidar, nos habla y nosotros lo escuchamos. Comienza a modo de un ¨murmullo¨ como una voz guardiana. La lectura es cautivante y acompaña, creando cierta atmósfera de fascinación mientras nos guía.<br />
Existe en el recorrido de los párrafos ejemplos que debemos cotejar con los nuestros, que ponen en marcha recuerdos de dolor, culpabilidad, humillación, entre otros. Aunque no se hallan presentes en nosotros, poseen la habilidad de fabricarlos promoviendo así identificaciones. El lector se encuentra frente a la mirada del otro que lo atrae y lo completa, en última instancia lo unifica.<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Los autores introducen diversas técnicas que tienen que ver con ¨el poder mental¨ que nos permiten dirigir nuestro destino con promesas de éxito, siempre y cuando tomemos como propio el recetario de la felicidad ofrecido. En un primer paso del abordaje es desde los errores, equivocaciones en fin desde la cartelera de la desdicha , cuyo cimiento principal es la autodestrucción. Una vez concientizado y dominado estos puntos, aparece ¨<i>la clave de la felicidad</i>¨. Todo el proceso es encausado por el autor, el mismo se fusiona con nosotros; y en un juego de imágenes terminamos cuidándonos a nosotros mismos. Como si se tratase de un diálogo con un espejo. Se sabe, perdón por la ironía, el resultado de ¨<i>hablar con el espejo</i>¨: En caso que persista más de las horas estipuladas (8 horas más o menos) recurrir con cierta urgencia a la guardia psiquiátrica más próxima del lugar de residencia. Si fuese menor el tiempo se trataría de un ataque de estupidez. Para ello, lo más recomendable es evitarse la preocupación. Es decir, paciencia que pasa…Se encuentra la imagen y uno, el libro y el lector, fusionados.</div><br />
Para comenzar a limpiar un poco el espejo, es necesario abordar y cuestionar el punto en el cual desde estos libros se lanza una solución igual para todos los lectores. Es decir, se instituye una respuesta universal para todo padecimiento. Hay una tendencia de globalizar la solución como si todos fuésemos iguales, homogéneos, cortados por la misma tijera (como si se tratara de objetos). Se pierde bajo esta óptica la singularidad, la dimensión histórica perteneciente a cada sujeto. De todos modos habrá que ser cautelosos ya que tienen su terreno ganado. No son libros aislados, forman un bloque compacto de una idea dominante apuntalada por los sufrientes lectores y la lógica del mercado. Hubo zona liberada y nosotros, los bienpensantes tan distraídos que, inesperadamente nos usurparon el espacio. Pobres víctimas indefensas, todo por ingenuos. Lo cual no nos exime de responsabilidad de dejar el terreno baldío.<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">No obstante la <i>¨literatura del consejo</i>¨, además puede aliviar eventualmente el padecimiento. Se asemeja al efecto de un boomerang: una vez lanzado, tarde o temprano retorna al mismo sitio; la cura milagrosa se agota y el espejo comienza a empañarse. </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Vuelvo a observar a mi gata, no acusó el más mínimo recibo del refrán, continúo con su vida felina, el show en la biblioteca terminó. Más aún: su curiosidad cesó por completo, se encuentra echada y enroscada en sí misma como si su cuerpo le diera forma de espiral. Le cuelga la cola, se balancea como un péndulo quizás marcando el tiempo que transcurre. Con una pata se cubre unos de sus ojos para que la luz del ventanal no perturbe el sosiego que la envuelve. Su insistencia en los libros no la mataron, todo lo contrario, sino éstos se transformaron en el colchón que acoge su momento de dormir. Ahí quedaron, son todo suyos, que haga lo que quiera.Y parece que lo que quiere lo ha alcanzado. </div>Por último: ¿Y las Señoras? <i>Sólo ellas sabrán… </i><br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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Nota: Navegando en la curiosidad, encontré en la web a una novelista nigeriana: <span style="color: #20124d;">Chimamanda Adiche</span> (1). En la misma sintonía que el post anterior (Leandro Erlich-artista) la escritora es totalmente desconocida para mí, confieso debo ser sincero; no tenía la más remota idea de su existencia. El hallazgo me gratificó y luego de escuchar su discurso inmediatamente empujó a mi deseo para que lo comparta con ustedes. Introduce de manera entretenida la historia como un acontecimiento singular o al menos así me llegó. Espero que sea de su agrado <br />
*Antes de iniciar su reproducción clickear en <i>view subtitles</i> y elegir el idioma para subtitularlo.<br />
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<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><object height="326" width="446"><param name="movie" value="http://video.ted.com/assets/player/swf/EmbedPlayer.swf"></param><param name="allowFullScreen" value="true" /><param name="allowScriptAccess" value="always"/><param name="wmode" value="transparent"></param><param name="bgColor" value="#ffffff"></param><param name="flashvars" value="vu=http://video.ted.com/talks/dynamic/ChimamandaAdichie_2009G-medium.flv&su=http://images.ted.com/images/ted/tedindex/embed-posters/ChimamandaAdichie-2009G.embed_thumbnail.jpg&vw=432&vh=240&ap=0&ti=652&introDuration=15330&adDuration=4000&postAdDuration=830&adKeys=talk=chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story;year=2009;theme=speaking_at_tedglobal2009;theme=the_creative_spark;theme=master_storytellers;theme=words_about_words;event=TEDGlobal+2009;&preAdTag=tconf.ted/embed;tile=1;sz=512x288;" /><embed src="http://video.ted.com/assets/player/swf/EmbedPlayer.swf" pluginspace="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" bgColor="#ffffff" width="446" height="326" allowFullScreen="true" allowScriptAccess="always" flashvars="vu=http://video.ted.com/talks/dynamic/ChimamandaAdichie_2009G-medium.flv&su=http://images.ted.com/images/ted/tedindex/embed-posters/ChimamandaAdichie-2009G.embed_thumbnail.jpg&vw=432&vh=240&ap=0&ti=652&introDuration=15330&adDuration=4000&postAdDuration=830&adKeys=talk=chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story;year=2009;theme=speaking_at_tedglobal2009;theme=the_creative_spark;theme=master_storytellers;theme=words_about_words;event=TEDGlobal+2009;"></embed></object></div><br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Dan ganas de pararse y aplaudir. ¡Gracias! Chimamanda Adiche.</div>(1) <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Chimamanda_Ngozi_Adichie">http://es.wikipedia.org/wiki/Chimamanda_Ngozi_Adichie</a><br />
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A modo de despedida,<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Matisyahu"> <span style="color: #073763;">Matisyahu</span></a> (Matthew Miller)<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">rabino newyorkino, quien une música y espirtualidad. Si les gustó, dejo una <a href="http://www.youtube.com/watch?v=KxxuSiC4wNw">perlita.</a>. ¡Hasta la próxima!</div><br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><object height="295" style="background-image: url(http://i4.ytimg.com/vi/kS9uTiEY9ag/hqdefault.jpg);" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/kS9uTiEY9ag?fs=1&hl=en_US"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/kS9uTiEY9ag?fs=1&hl=en_US" width="480" height="295" allowscriptaccess="never" allowfullscreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object></div><br />
PD: <i>Lua </i>como <i>"La Gata".</i><br />
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<a href="http://www.blogger.com/"></a><span id="goog_496918048"></span><span id="goog_496918049"></span>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-2759037271286439382010-07-02T15:08:00.095-03:002010-12-06T18:04:08.093-03:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4EVDFDjc8X4IX5BCgJu5LDlvDlBFN-2bf2mpbMocndiT9Z8gov4A1WHsdKzB4QSqaGbBUH4hPZMidPslPVBpDqsKRL1SvyBrfJDgLvuxuqt6qjfhfvZC8UdwkmMy_QeHHfFLyKHMhGjyw/s1600/domingo.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5489374619642269330" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4EVDFDjc8X4IX5BCgJu5LDlvDlBFN-2bf2mpbMocndiT9Z8gov4A1WHsdKzB4QSqaGbBUH4hPZMidPslPVBpDqsKRL1SvyBrfJDgLvuxuqt6qjfhfvZC8UdwkmMy_QeHHfFLyKHMhGjyw/s200/domingo.jpg" style="float: left; height: 150px; margin: 0px 10px 10px 0px; width: 200px;" /></a><br />
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<div align="justify"><span style="font-size: 130%;"><span style="color: #990000; font-size: 180%;">DOMINGO</span></span><br />
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<span style="color: #663300;"><i>“Nuestro gran tormento en la vida proviene<br />
de que estamos solos y todos nuestros actos<br />
y esfuerzos tienden a huir de esa soledad”</i></span></div><div align="justify">Guy de Maupassant.<br />
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Hoy no es sábado, claro, ya es domingo. Terminé de encender el fuego. El sol de una mañana tardía se encuentra herido de muerte, las nubes invernales han hecho su frío trabajo. No quería excusas que me decaigan, el invierno puede que venga como anillo al dedo en tal caso.<br />
Regresé a los preparativos con entusiasmo. Lo único que quiero es que salga todo como lo había imaginado: la mesa servida, los amigos indicados para la ocasión (excluidos lo de mal carácter, pesimistas, los que llevan la agenda en la lengua, los proclives a los bostezos, abstemios, futuristas, los que nunca se olvidan la hoja de ruta, entre otros). Música con sahumerio <em>“made in india”</em> incluido, con tal de darle buena onda al momento. Para ir al grano, el plan consistía en sacarse de encima a la soledad, salirle al ruedo sin desesperación pero con la firme convicción de hacer algo diferente con ella, caerle de sorpresa y si fuese necesario torearla. Mirarla de frente.<br />
<a name='more'></a><br />
Salí al patio; en la parrilla las brasas demandan carne y sus pedidos son órdenes. El asado ruidoso le da ritmo al ritual. En un instante mirando el fuego como hipnotizado me cuestiono: <em>¿Qué será la soledad?</em><br />
No me refiero a la soledad circunstancial que abraza una pérdida de algo o alguien importante, querido… Mientras me lamo la ausencia me recupero, cicatrizo, reciclo una herida, amortiguo recurriendo a mis reservas, toda una elaboración. No es por ahí.<br />
Y tampoco es aquella que se eternifica con la pérdida del otro convirtiéndolo en sinónimo de pérdida de Todo. Con el otro se va la existencia, el mundo, la propia vida. Sería engolosinarse con la tragedia hasta que destile olor a melancolía donde una vocesita punzante y penosa nos acorrala diciendo: <i>“la vida no tiene sentido…”, </i>extendiéndose a su brazo armado; <i>el suicidio.</i><br />
Ni es aquella soledad omnipotente que se calza el traje del aislamiento. Sí, el de la isla paradisiaca del pensamiento cuya principal bandera flameante lleva inscripto el refrán: <i>“Más vale solo que mal acompañado…”.</i> Esta soledad nos hace abrazarnos y tocarnos a nosotros mismos y se la suele denominar amor propio (para otros autoestima). Es el amor de nuestros desvelos, como son los primeros amores, pegajosos, y tienden a satisfacerse solos. Nunca se ponen en riesgo son esencialmente, en el fondo, tristes y aburridos.<br />
No estoy hablando de la soledad doliente y exhibicionista que por momentos es un llamado, una manera de seducción, de atraer al otro…como un plan estratégico.<br />
Sin embargo mi soledad distaba de ser un atributo dramático.<br />
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De pronto, un ruido humano me saca de las conjeturas. Llegan los comensales, el ambiente se puebla de brindis, risas, anécdotas, la carne estaba como nunca, conversaciones borrachas, postre. La sobremesa se estiró hasta la tarde. Gente revoloteando por la casa con mate y facturas en mano, mientras el gris plomizo del cielo se opaca más todavía. Entrando en la franja horaria de las 7 p.m. los ánimos decaen levemente. Mirar el reloj parece un ejercicio de moda: siempre tienta a más de uno. ¡Peligro!, zona de riesgo: el entusiasmo tiende a apagarse como de repente se marchitan las rosas bien intencionadas del florero que descansan arriba de la chimenea.<br />
Retorna la eterna pregunta: ¿Qué le sucede a la gente los domingos por la tarde? No sé, pero algo pasa.<br />
Sale la última persona que queda en casa. Cierra la puerta, antes me saluda con un afectuoso abrazo, después se va. Ya no hay nadie que desee sostener una conversación ni que pida determinada música. La pandilla antisoledad abortó el plan.<br />
Reviso las habitaciones, ventilo el ambiente abriendo todo lo que se tenga que abrir (ventanas, ropero, puertas, banderolas, heladera). Estoy solo y puedo hacer lo que quiera… el mutismo se instala. Ahí en el medio de la quietud sin alarmarme, me arropo en el deslucido gabán del coraje y decido salir a dar un paseo. Afuera, ni un alma; un auto pasa con ritmo de domingo, quemando combustible para así incendiar el tiempo. Continúo con el recorrido, camino mirando los detalles de las baldosas (colores, roturas, texturas, las que faltan, las tramposas, las fuera de lugar), piso las últimas hojas de un otoño que languidece despidiéndose. El viento de la calle intenta limpiar los olores dominicales.<br />
Una vidriera me ilumina la cara. Levanto la vista, observo la ropa del maniquí y la imagino en mí. El maniquí tiene una mirada de muerto reciente, no me entusiasma mucho la idea de ser él, su ropa dejó de ser seductora.<br />
Cae la noche y más frío, comienza a lloviznar, no tengo ganas que un resfrío sea el que me acompañe en los próximos días, aunque pueda mantenerme ocupado. No estaría tan solo, sería la gripe y yo. Suena a título de película de bajo presupuesto y cuyo protagonista sería un monótono hipocondríaco de escaso vuelo.<br />
Apuro el paso y cruzo el bulevar en una esquina cualquiera. Luego me detengo en un pequeño kiosco a comprar una cerveza para aceitar los engranajes y un chocolate, a pesar que no soy amante de lo dulce. Resuelvo regresar.<br />
Llego a mi domicilio. Lo primero que piensan los hombres cuando están solos es: <em>“Qué bueno sería deambular tranquilamente desnudo por la casa…”.</em> Así es, decidido termino la cerveza de un trago y empiezo a sacarme la ropa a ritmo de un stripper mal nutrido y de baja estatura hasta quedarme en calzoncillos…voy por más.<br />
De repente percibo una vergüenza y miro a los costados por las dudas que las paredes me delaten. No tengo el valor suficiente para continuar. Desisto de la idea y comienzo a vestirme nuevamente. Busco el pantalón mirando el piso; ahí estaba, de alfombra justo debajo de mis pies. Con un rápido movimiento vuelve a ser pantalón. Me toco el bolsillo derecho, introduzco la mano y al sacarla: ¡Sorpresa! Un chocolate derretido se escurre entre mis dedos; a medida que lo miraba recordaba tus pedidos. El puré de chocolate es el representante de lo que no te dí, ni antes ni durante ni después que nos dijésemos para siempre adiós. ¡Ah! y casi me olvido de aquel momento cuando el florero con flores bien intencionadas venía por el aire y esquivé de puro reflejo; una imagen que jamás se me borrará de la memoria.<br />
No extraño ningún tipo de ausencia en sí. De golpe, el chocolate me condujo al vacío de mi cuerpo que se encuentra recubierto de formas, acciones, ideas, palabras que poco protegen. Me rasco la cabeza y con esfuerzo pienso: "-Es imposible la soledad-" Siempre existe el ronroneo de un Otro desde el interior de nuestras entrañas, desde lo más profundo, llámese alma, espíritu, cultura, recuerdos, dios o lo que fuese. En el mejor de los casos existe un diálogo que amortigua la prepotencia de la nada.<br />
Ya es tarde, así y todo, no me convenzo. Observo a mi alrededor y me doy cuenta; que estoy solito e inquieto. El tiempo empezó a correrme; me corre y se va escabullendo. No quiero quedarme rezagado, es decir, enredado al hueco disimulado con forma de domingo. Ni teorías, ni hipótesis, ni conjeturas me sacan de las arenas movedizas del último día de un especial fin de semana. Enhebro una terminante definición; me tiembla el pulso pero no importa, me comprometo a que sea casera, auténtica y propia. Se mezcla con los pensamientos un miedo que da calambres. Miro el reloj y no atrasa, el tiempo se pone tenso. Ya no puedo, insoportablemente pesado y con el último suspiro me hundo aún más, las penumbras oscurecen nada se ilumina, casi sepultado: <em>¿Qué más tengo hacer, decir, decirme?</em><br />
<em>"-Viste, tenías razón, nunca doy en la tecla-".</em> Lo único que tengo en la cabeza es: Estar solo no tiene que ver con ninguna de mis conclusiones. Estar solo es estar sin vos.<br />
Buen día lunes…<br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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NOTA: Les sugiero que se detengan en el vídeo del artista plástico Leandro Erlich. Pinchen el link: <a href="http://www.mecayoelveinte.com/textos/txt_YvesKlein.htm">http://www.mecayoelveinte.com/textos/txt_YvesKlein.htm</a> .Vale la pena un segundo intento...<br />
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Lo encontré a poco tiempo de tener algunas ideas sueltas y a medio armar en mi cabeza de lo que iba escribir. No sé porque, me deambulaba con mayor peso el deseo de que me debía el intento de aproximarme algunas reflexiones acerca de la soledad. Decidí empezar a escribir y, por azar, hallé en la Web este vídeo de Leandro Erlich (en honor a la verdad, absolutamente desconocido para mí) titulado: “El consultorio de psicoanalista”. Me impactó y aseguro que me gustó muchísimo. Y a su vez introdujo en mi idea inicial la dimensión del cuerpo, del vacío, de los otros, el juego de las imágenes y apariencias, el espejo.<br />
Por otra parte, los que practicamos el psicoanálisis, trabajamos allí con angustias, presencias, sufrimientos, palabras, vacíos, síntomas, en fin con la soledad acompañada del Sujeto. Desde ya la obra enriqueció mi perspectiva y me ayudó a pensar la temática. Por ello, agradezco al artista por su producción. <a href="http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/arteargentino/04biografias/erlich.php">http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/arteargentino/04biografias/erlich.php</a><br />
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Por último, para que no se sientan tan solos, los dejo en compañía de un maestro: Walter Malosetti.<br />
<object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/wKR_X834CNY&hl=en_US&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/wKR_X834CNY&hl=en_US&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="360"></embed></object><br />
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</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Saludos cordiales y hasta la próxima. </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">P.D: En memoria de <i>doña Antonia Giaccomelli.</i></div><div align="justify"><i></i></div><div align="justify"></div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com18Argentina-34.597041516144159 -68.90625-52.522137016144157 -98.7890625 -16.671946016144158 -39.0234375tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-3329905242596582802010-05-01T11:17:00.062-03:002011-06-08T21:13:54.351-03:00<a href="http://www.facebook.com/photo.php?pid=235983&id=100000483142617" id="myphotolink" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img height="290" id="myphoto" seq="84" src="http://sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash1/hs508.ash1/30004_122244814468289_100000483142617_235997_3111132_n.jpg" width="400" /></a><br />
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<span style="font-size: 180%;"><span style="color: #666600;">Desde el Diván</span><span style="color: #336666;">:</span></span><br />
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<span style="font-size: 180%;"><span style="color: #336666;"> <span style="font-size: x-large;">"Un Sueño"</span></span></span><span style="font-size: 180%;"><span style="color: #336666;"></span></span> <br />
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<span style="color: #993300;"> “<em>Lo que no se paga con dinero, </em></span><em><span style="color: #993300;">se paga con neurosis” </span></em></div><div style="text-align: right;"><em><span style="color: #993300;"> </span>Sigmund Freud</em>.</div>Hay personas que nunca encuentran su lugar y personas que garantizan lugares y se abrazan a ellos. Esto vale para lo que se tiene: trabajo, objetos, familia, autos, mujeres, hombres, hijos, entre otros. Es habitual construir paraísos tanto de objetos como de lugares o de personas. Como así también lo contrario: la creación de infiernos. En tal caso los lugares comienzan a calentarse, a ensombrecerse, incomodan, huelen a tierra quemada como sahumerio barato. Cuando algo quema lo recomendable es alejarse de la fuente de calor (ejemplo no válido para bomberos ni pirómanos).<br />
Tal es el caso de Damián, joven de 24 años, mediocre estudiante universitario. Muy pronto su paraíso amoroso iba a dejar de serlo. <br />
<a name='more'></a>Todo comenzó por el sencillo hecho que su novia de aquel momento, Débora le había hecho conocer sutilmente su deseo de cambiar el estatus de la relación: <em>“Mi amor… ¿y si nos casamos?”.</em> El paraíso trocó a un desierto gris. El trago amargo, es denunciado por su cara de disimulo, le atravesó hasta los huesos. El miedo fue llenando sus días. Y como dicen, que el miedo no es sonso, Damián se dio a la fuga. Débora pasó a ser una ex. Ser ex, representa a lo que no se vuelve, como un hachazo en el alma, un cambio inamovible, no es un estado intermedio, fija y marca una distancia.<br />
El prófugo en cuestión tenía algunas dificultades en ocupar su universo de lugares, especialmente el del Amor. Ser ex le produjo culpa… no, más que culpa una especie de traición como si se tratase de una deuda que jamás se saldará, un cheque sin fondo rebotado. Y la vez le servía de tramposo puente que justifica y alimenta su padecer. Una pregunta le carcome la cabeza: ¿Qué debo pagar? lo atormenta y empuja a pedir ayuda. Así es, sentado y repasando la cartilla de psicólogos de un servicio gratuito ofrecido por la universidad elige a Elizabeth, con nombre de reina importante. Psicóloga de vasta experiencia en escuchar a sujetos de lo más puro de la raza humana que padecen dificultades en ocupar lugares.<br />
En aquel tiempo del tratamiento herido e ileso, rara combinación, fue navegando en aguas mansas de palabras. Fascinado por la imagen de paz que le devolvía su psicóloga, un aura de amor equilibraba las sesiones. Un detalle: Damián se había convertido en un tipo sin deseo, ni ganas, adormecido hasta la médula. De pronto, Elizabeth debe abandonar su lugar por otro trabajo mejor pago. Él se sintió traicionado: ¿Cómo alguien lo iba a traicionar así? En la biblia del amor, la traición tiene su estampita. De bronca juró por Dios y todos los Santos que jamás volvería a consultar a ningún tipo de psicólogo, pero el miedo, la impotencia, el despojo lo representaban. Así fue como la desesperación lo hizo ateo. Al poco tiempo, un incrédulo nuevamente frente a la cartilla de psicólogos, buscando a un Otro en quien creer. Elige sin pensar el nombre de la reemplazante de su psicóloga: Débora. Las cosas del azar…!<br />
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<strong><em>Primer momento</em></strong>. Damián llega diez minutos antes de la hora estipulada, hace tiempo armando el libreto de lo que iba a decir. Se abre la puerta, escucha un apacible <em>¨Buen día, adelante¨.</em> Él estira el cuello en busca de una mejilla receptora, con la boca en forma de beso. La mueca queda flotando en la nada por unos segundos. Cuando se percata de su postura de equilibrista con sensaciones de vértigo, un brazo de enfrente se extiende para estrechar un saludo y a su vez actuando de freno de mano, sacándolo así de la vergüenza que lo invadía.<br />
Una vez sentado inició su derrotero de lamentos; en un momento dice: <em>“Cuándo corté con Elizabeth…”</em> La psicoanalista interviene remarcando: <em>“¿Cuando corté con Elizabeth? …Seguimos la próxima”</em>. Desorientado como un náufrago envuelto en la bruma, percibe que realmente se trata de otra cosa, algo extrañamente nuevo. Incómodo continúa el tratamiento buscando un gesto de solidaridad, una mirada cómplice que comprenda su padecer. Del otro lado, nada de lo que pretendía tenía asidero, sino el fino trabajo de escucha, de pescar palabras que iban recortando su malestar. Hacia el fin del tratamiento un sentimiento de culpa inundaba a Damián como así también una producción de sueños que cuya protagonista principal era su psicoanalista. Sueños cargados de erotismo que por momentos pasaban a lo pornográfico, otros de tiernos tintes amorosos llegando hasta lo más naif. Damián nunca tuvo el valor de llevarlos a sesión, se los guardó para él. Y a la vez que los atesoraba en su memoria le generaba una molesta deuda.<br />
Fin del tratamiento, la psicoanalista le sugiere una derivación a otro profesional para iniciar un análisis en el ámbito privado, o sea, debe pagar. Damián dudó, piensa dos veces lo que iba hacer, pero decidió casi en el acto: le solicita análisis a Débora. </div><div align="justify"><br />
<strong><em>Segundo momento (Primera sesión).</em></strong> Se baja del colectivo corre dos cuadras para estar a la hora acordada. Llega justo y sin aliento. Se abre la puerta, un apacible saludo lo recibe, Damián prevenido extiende la mano. Sentados cara a cara, analista y paciente, acuerdan el modo de trabajo y se establecen honorarios, el precio lo sintió como una puñalada artera. Para distraerse de la herida, fijó su atención en el mobiliario. Consultorio mediano, con una telaraña en la esquina superior derecha del único cuadro que colgaba, bastante feo por cierto: <em>¿Se lo habrá regalado algún paciente desesperado?</em> pensó. Continúo con la inspección ocular; las paredes sembradas con libros de múltiples tamaños y colores , luz tenue sobre el escritorio, dos sillas, una crujía y un diván forrado de cuero negro le daba la espalda. Finaliza la entrevista, la psicoanalista le comunica que a partir de la próxima sesión el trabajo se muda al diván.<br />
Damián vuelve a la cuchillada y sale bastante preocupado por los honorarios fijados. Piensa en la plata. ¿A quién se le ocurriría cobrar semejante precio a un ser tan maravilloso y vulnerable como él? Y sí, se le ocurrió nomás. Pasa el día tramando de qué manera se las iba a arreglar para conseguir el dinero; entrada la noche se acuesta entre cansado y ofuscado. Al otro día se despierta con un sueño nítido como aquellos que retumban en la conciencia, se lo guarda como quien esconde algo preciado en una billetera y decide llevarlo a sesión. A veces los sueños abren puertitas incómodas, pero ¡ojo!, a su vez se las ingenian para domesticar y darle sentido al malestar. </div><div align="justify"><br />
<strong><em>Tercer momento. (Segunda sesión)</em></strong>. <em>“Tuve un sueño: Soñé con Débora (mi ex, aclara), se metía corriendo y desesperada a mi departamento que a la vez estaba lleno de humo e incendiándose, un infierno. Yo me encontraba junto a mi guitarra, venía hacia mí, como si viniese a rescatarme de la hoguera. Ella, con desprecio me hizo a un lado y se lleva la guitarra…Me desperté muy mal, imagináte!”</em>. Después del relato un silencio de cementerio se instaló en el consultorio. Pasaron los minutos. A Damián le hacían ruido las tripas, un sudor frío le humedecía el cuello y la frente, nadie lo auxiliaba y casi al borde del socorro, hundido en el diván, inmóvil de cuerpo y alma. Ocupando un lugar inédito, piensa que se quiere ir pero no, ya había pagado. La psicoanalista, acomoda su voz, diciendo: <em>“Débora se lleva la guitarra…” </em>Damián: <em>“Sí, así es, pero no entiendo”.</em><br />
Psicoanalista: como distraída repite; <em>“¿Así es…?”</em> (Tiempo verbal: Presente). <em>“Débora se lleva la guita-rra. Dejamos acá.”</em> Concluyó la sesión<em>.</em></div><div align="justify">Mientras se reincorpora calcula la suma de casualidades, supersticiones, azares pero no le alcanza, el sueño es de su propiedad.<br />
Damián sale con una energía desmedida, cruza la calle a paso firme, se mira en una vidriera y reconoce que es él quien lleva ese cuerpo agitado. Se detiene en la parada de colectivo buscando alguna referencia, suspira y comienza un diálogo interno: <em>Débora, Debo-ra, debo… a, la guita, el pago, la culpa, tratamiento, sufrimiento y me miento…</em>Conmovido se da cuenta que ocupar un verdadero lugar tiene su precio. Y que hay maneras mentirosas de no darse por enterado. Captó su propia trampa. Tomó una bocanada de aire, clavó la mirada en el cielo azul y junto con un suspiro sintió que lo atravesaba un deseo de saber más. Después cerró los ojos y se dijo con alivio que muchas de sus cosas merecen un lugar. Existe un por menor: los auténticos deseos vienen sin garantías y no siempre duran para siempre. Para sostener un lugar hay que desearlo. Un susurro vino como un viento helado y preguntó: <strong><em>¿Cuál será el precio...?</em></strong><br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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<object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/pUXTG6ShYKk&hl=en_US&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/pUXTG6ShYKk&hl=en_US&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="360"></embed></object></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br />
PD: En homenaje a todos los trabajadores, en su día. Saludos Cordiales¡ Hasta la próxima.</div><div align="justify"></div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-75191658233719549322010-03-13T16:18:00.057-03:002011-06-08T21:13:10.545-03:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFpTavvQcYVcQg-UKu1uwRoKGdlQWjGhlLHUyzqfcvC8zgBdhtigzHRHLgiDsn_JFNfJATkjT7b7PzeacY3b-_KJmOcqbjHNNAsHyjaDssntWbF4I_s332ApkRFJUuP2kVD1R77jqXzRgh/s1600/100_4697.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5454084424916619298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFpTavvQcYVcQg-UKu1uwRoKGdlQWjGhlLHUyzqfcvC8zgBdhtigzHRHLgiDsn_JFNfJATkjT7b7PzeacY3b-_KJmOcqbjHNNAsHyjaDssntWbF4I_s332ApkRFJUuP2kVD1R77jqXzRgh/s200/100_4697.jpg" style="cursor: hand; float: left; height: 200px; margin: 0px 10px 10px 0px; width: 150px;" /></a><br />
<div align="left"><span style="font-size: 130%;"><strong><span style="font-size: 180%;">"LO INTIMO"</span></strong></span><br />
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<span style="color: #663300;">"¡Hay que ver cómo son las gentes! </span><span style="color: #663300;">No se atreverían a preguntarnos </span></div><div align="left"><span style="color: #663300;">nada referente </span><span style="color: #663300;">a nuestras funciones íntimas nos interrogan acerca </span></div><div align="left"><span style="color: #663300;">de los móviles, de vuestros actos, </span><span style="color: #663300;">sin pudor, sin prudencia ..."</span> </div><div align="left"><strong>Colette</strong><br />
<div align="justify"><br />
Todo comienza bien. Un clima de paz orquestaba en el hogar. Ella producida hasta irradiar una sutil elegancia para la ocasión. Él, recién afeitado, no encuentra su camisa preferida para no perder la simetría con ella. Los minutos del reloj del living son acariciados por el insistente segundero. La prenda no aparece. La paz comienza alborotarse tras la búsqueda.<br />
<a name='more'></a><br />
Él sale de la lavandería arrojando un bollo de tela maquillada con mugre. Se escucha, con tono inquisidor: ¿Qué me pongo ahora? Ella le responde con indiferencia desde el inodoro:¨ Otra camisa¨. Él piensa lo insoportablemente irónica que es y murmura: ¨siempre sos la misma…¨. Suena la campana de un nuevo round, y comienzan los reproches mutuos. El torbellino de la discusión fue elevando la temperatura, en el máximo punto de tensión. Él grita: ¨no te ocupas de la casa, de nada, ni de mí, no me has dado el hijo que siempre he soñado¨. Ella, con dolor y bronca, le canta las cuarenta: ¨no te aguanto más...no soy tu empleada doméstica. Eso sí, querido, la vas a pagar vos, con la guita que no tenés y no aportas,¡hijo de puta! Morite..! Como un vomito de odio, el comentario le dio en la mandíbula a punto del nockout, ya no oye nada. Los gritos retumbaban en el departamento, sale tambaleando a tientas en diagonal hacia la heladera y saca el dulce preferido de su contrincante. Él sabe que no debe enfurecerse, que no debe hacer lo que acaba de hacer. Es decir, no haber reventado el dulce de leche en la pared más próxima de su vista. Y por esas razones de la física, el estallido del frasco hizo que el azucarado contenido le devolviera, con menos violencia pero con más dulce de leche en su propia humanidad para ser más preciso, en su cara. Resultado: un clown de color marrón pero sin gracia ni sonrisa.<br />
Ella azorada lo mira con su rostro derretido, como alargado por la mezcla de bronca, maquillaje y lágrimas. El olor religioso que los unió huele a una vela recién apagada. El tour de visitas del álbum de recién casados no es ni siquiera un salvavidas en el mar de la indiferencia. Cara a cara, mejor dicho, máscara a máscara un silencio los enmudeció.<br />
Ambos miraron el reloj que señalaba las diez de la noche. Suena la campana, para ser exacto el timbre, fin del combate. Se escucha el crujido de unos zapatos y el repiqueteo agudo de unos tacos femeninos. El convulsionado momento privado es pacificado por una irrupción ajena: Unos amigos los vienen a buscar para el evento. Él con la velocidad de Superman ya se ha convertido en Clark Kent, un poco pegoteado. Ella, con la rapidez de la Mujer Maravilla retorna a la elegancia inicial. La escena cargada de disimulo hace causa común, un pacto de silencio se selló entre los dos: “Acá no pasó nada”.<br />
Ya en la fiesta, él se refugia entre amigos, allegados y unas copas de malbec. Ella se zambulle en el tejido de palabras de unas mujeres conocidas. Comienzan a hablar cada cual por su lado, distendidos; con confianza se buscan coincidencias, algún gusto en común. Ese placer de estar en la misma onda. La ilusión y la sensación gustosa que da identificar en el otro algo propio, ser equivalentes. Sin decir mucho, pasar de lo general a lo particular puede que sea imperceptible. Compartir una mala experiencia se amortigua en ¨A mí me pasó lo mismo¨.<br />
No obstante pasar de lo particular a lo singular (entiéndase como lo más íntimo y propio que posee una persona), tiene un detalle. En algunas ocasiones Angustia, cuando aquello de lo singular es tocado, irrumpido, rebalsado por lo inesperado. Se complica la situación y el tiempo apremia.<br />
Él, reconoció en el interlocutor, el instante, el gesto, el modo de levantar la ceja, la forma de llevarse el cigarrillo a la boca. Viene la pregunta con rigor periodístico: ¿Y vos… cuánto ganás en tu trabajo? Responder implica un esfuerzo titánico, un pedido de sacrificio. El vino en la boca ofició de transitorio paliativo.<br />
Ella, por otro lado, se hallaba como pez en el agua. Hablaba sin respiro; la moda, el trabajo, la familia, las frivolidades, todo viento en popa… De repente, alerta meteorológico: se vino el huracán. Una de las mujeres con buena intención (ojo con la gente que anda con buenas intenciones a cuestas) con un tono fingido, poco natural lanza al vacío de su cara, una sutil pregunta: ¿Y vos… para cuándo el bebé? Un nudo en la garganta amordazó la respuesta. Sus ojos vidriosos titilaban reteniendo una lágrima de dolor.<br />
Desesperadamente, como un sabueso lo busca levantando la nariz; ahí lo encontró. Se cruzaron las miradas. Con un gesto mudo sienten la necesidad de huir del lugar. Él cree que no debe dejarla sola en la fuga, porque también él es el perseguido. Se movieron como sombras escapando de la noche.<br />
Al fin solos, ya en su morada, frente a frente. Ella entre sollozos, se seca algunas lágrimas con la manga derecha de su blusa, levanta la cabeza y le reconoce su audacia por haberla sacado del lugar. Él se queda parado viéndola llorar sintiéndose orgulloso por haber recibido la fuerza suficiente para salir de aquel ahogo. Apenas recompuestos en el sillón de lo íntimo, sellan en un silencio extraño y denso, el secreto de quedar mal parados. Aquello que se oculta es lo horroroso, el secreto no encubre lo verdadero, su función es que algo no se sepa. Y sin embargo insiste, en ser contado. Quizás parte de la verdad despabile a más de un ignorante que la secreta, y no habrá secreto que valga.<br />
Porque, como cantaba un catalán: <em><strong>nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio</strong></em>… </div><br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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<object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/oFiouXHHb-c&hl=en_US&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/oFiouXHHb-c&hl=en_US&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="360"></embed></object><br />
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PD: Bien vale, tolerar a Fito para disfrutar la canción en este contexto, y a Sabina. Hagan el intento.</div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-54991415901485597602010-02-11T15:44:00.033-03:002011-06-08T21:14:31.242-03:00<div align="center"><br />
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<span style="font-family: verdana; font-size: x-large;"><strong>LOS PREOCUPADOS</strong></span><br />
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<a href="http://www.facebook.com/photo.php?pid=235983&id=100000483142617" id="myphotolink" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img height="297" id="myphoto" seq="93" src="http://sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-snc3/hs528.snc3/30004_122247904467980_100000483142617_236018_8012975_n.jpg" width="400" /></a></div><br />
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<div style="text-align: right;"><strong><span style="color: #336666;"><em>“El primer llanto del recién nacido<br />
es la primera queja de la nada<br />
ante la prepotencia de la vida” </em></span></strong></div><span style="color: #336666;"></span><br />
<div style="text-align: right;"><strong><br />
</strong><br />
<span style="color: black;"><strong><em>Dalmiro Sáez. </em></strong></span></div><span style="color: #336666;"><span style="color: black;"><br />
</span></span><br />
<div align="justify"></div><div align="justify"></div><br />
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<div align="justify"><span style="color: black;">Hace muchos años atrás leí un graffiti, no recuerdo donde, que decía: <em>“Crecer es ir descartando sueños”.</em> Me impactó, crecí, desalojé algunos sueños. Los que se quedaron acompañándome y no sé porqué, un condimento los adobó: <em>"la preocupación</em>”. Algunos sueños mutaron a pesadillas. Fue el principio de mi insomnio. No dormí nunca más igual.</span><br />
<a name='more'></a><br />
<span style="color: black;"></span><br />
<span style="color: black;">A media mañana, después de un descanso clonazepado, sentado y tomando un café observo en la mesa lindante: él, pone el pocillo sobre la mesa, cierra el diario con una mueca adusta. Se lo percibe a través de su rostro como molesto. Minutos después llegan un par de compañeros al matutino bar. Saludos tibios y comienzan los gestos, cada uno en su posición, como si se jugase una partida póker, la concentración es absoluta. Las cartas son escupidas por sus bocas, hechas de palabras; no cualquiera, sino que traman un mazo de preocupaciones. Una atmósfera de ritual se instala. Los oradores se encuentran en su salsa. El clima de la conversación se dirige según los rostros guiados por los pensamientos, van desde la rumiación, (aclaro no son vacas), al extremo donde la bronca se expresa en las mandíbulas apretadas. Ya se encuentran brúxando, punto sublime de la indignación del comentario. Escuchándolos, pasó la mañana. Si algo saben los muchachos es dónde se encuentra la falla, más allá de los enredos y entuertos imaginarios que la denuncian. Lo más importante que poseen es lo que no poseen; desde allí traman diversas estrategias para soportar la nada, ese tipo carencia con forma de vacío. Una manera de ver la vida como si tratase de una fiscalía en la cual, toda la acusación recae sobre aquello que no funciona, ni marcha, lo que se escapa siempre.</span><br />
<span style="color: black;">Al levantarse, la aureola de tensión que flotaba alrededor de la mesa, es dispersada por el mismo movimiento. Nuevamente saludos tibios y cada uno por su lado.</span><br />
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<span style="color: black;">Es el clan de los preocupados, casi profesionales al respecto. Conduce a preguntarme: ¿Por qué se preocupan? ¿Son todas las preocupaciones iguales? Reflexioné: No me refiero a aquellas que detienen una desgracia, una injusticia; hay muchas que han logrado avances importantísimos e imprescindibles para la humanidad. Sino a la que se hermana con la queja convirtiéndose en siamesa de nuestra historia, inseparable como si fuese ese rasgo prèt-a porter que nos representa. Lo que suele decirse, aquello distintivo que el yo exhibe. ¿Cuáles serán las fuentes, su combustible? Múltiples. Asocio a tres, por sus vitales nutrientes: salud, dinero y amor. Como la canción simplona que retumba en los casamientos y a los que a todos entusiasma: ¡Viva los novios… ¡ ¡Viva… ¡ retrucan el resto, con tono etílico.</span><br />
<span style="color: black;">Pensé: El Amor. Para ir al grano la pareja, templo de la preocupación, cuando se agota la etapa de las mariposas en el estómago, comienza a gestarse otra minúscula larva, se parece más a un mosquito inofensivo e insidioso que puede llegar hasta convertirse en letal, en contraste de aquel insecto colorido y primaveral. Cuando la queja se convierte en el dios supremo, no existe antídoto alguno. Que el otro cambie es el argumento más valioso. También insoportable, porque habrá que enterarse que no es completo ni lo será nunca, tal vez no pueda, no le de. La media naranja sabe a agria y se ha convertido en algo que no es.</span><br />
<span style="color: black;">El Dinero: Por estas pampas una persona con guita, es una pareja inseparable y maltrecha, es decir, odio a muerte. Si en este mundo no existiera la plata, los que respiramos por estas latitudes no tendríamos de que lamentarnos. Nos desequilibra siempre, más aún nacimos en un país que padece de vértigo. Fórmula perfecta. Amor platónico con novia que piensa en otro. Me pregunto: ¿Qué haríamos con estabilidad económica? Tal vez, recostarnos en el tedio y acurrucarnos en la frazada del aburrimiento, huele a terapia intensiva. No me puedo dormir… ¿Por qué no tomamos el dinero solamente como una medida? Importante, porque mide una falta, pero nada más y nada menos. Si se encuentra de nuestro lado tranquiliza. Lo demás, se asemeja al maquillaje que enmascara la codicia.</span><br />
<span style="color: black;">La Salud: Mi salud bien. Pero en realidad no sé, ya que duermo poco. ¿Me estaré enfermando? No duermo lo que la ciencia dice que un organismo de características humanas debería dormir, es un síntoma que me acompaña. Me estoy empezando a preocupar y no me deja descansar.</span><br />
<span style="color: black;">Somnoliento y en estado de vigilia. De pronto, escucho entre llantos y sollozos a mi hija, está padeciendo una pesadilla. Me levanto como un soldado ante un bombardeo, allano su pieza, son las cuatro de la mañana. Desvelado, la abrazo y la beso para tranquilizarla, un puchero me rasguña el alma. La miro nuevamente, de repente comienza a tensar sus mandíbulas, el chillido de sus dientes retumba en mi cabeza, su cara manifiesta una mueca que no tranquiliza. Me angustio. Una pesadilla se apropió de mi chiquita y no sé de qué se trata. Estoy rumiando pensamientos y no soy vaca. Una ráfaga de interrogantes rebotan en la habitación, coagulan algunos: ¿Qué le trasmití? ¿Qué tiene que ver ella con todo esto? Por suerte ha vuelto a quedarse dormida, pasó el sobresalto, fue sólo unos eternos instantes, todo vuelve a la calma. No sé en que momento el cansancio me nockeó. Ya dormido soñé: que en circunstancias y no por decisión propia, deseo ser un excluido del clan de los preocupados. Es decir, encontrarme fuera de los serios, enojados, cansados, pedantes, aburridos, asustados y cobardes.</span><br />
<span style="color: black;">Perder la preocupación como brújula tiene un detalle: Desorienta. ¿Qué hago? ¿Por qué no abandono el insomnio? De manera repentina un dato sobre la preocupación me es revelado, sería un sofisticado instrumento de precisión que entretiene y victimiza, además contamina deseos. Es algo que se transforma en una trampa en donde el cazador es cazado y, una vez herido de muerte, se desangra de sentido. Todo se tiñe de éste y le da un guión pesado y opaco a la estrella principal: <em>“la queja”.</em> De pronto irrumpe en el sueño con una nitidez cinematográfica, un especie de superhéroe que se disfraza de mí, arremete con una fuerza inusitada contra “el disgusto”, lo patea y hace añicos lo revelado, el secreto vuela por los aires desintegrado, parece una hazaña. Terminó la faena. La permanencia del superhéroe es acotada por la existencia de otros riesgos que debe resolver y a su vez lo preocupan. Tiene que irse y no duda. Así es, se fue antes, una lástima pero alcanzó y algo dejó.</span><br />
<span style="color: black;">A media mañana, por el ventanal un sol otoñal me despabila junto con mi hija, y una extraña sensación de liviandad recorre mi cuerpo, una luz y colores convergen en mi retina espantando la oscuridad por completo. Desde ese día, nunca más volví al <em>“Café de los lamentos”.</em> Y… ni siquiera estoy preocupado.</span><br />
<strong><br />
</strong><br />
<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><strong><em><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></em></strong></a><br />
<strong><br />
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<strong><em><object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/RxDbEewJ8lM&hl=en_US&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/RxDbEewJ8lM&hl=en_US&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="365"></embed></object></em></strong></div><div align="justify"></div><div align="justify"><strong><br />
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<strong><em>P.D: Polaco, saludos desde acá¡</em></strong></div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-23074112220269417702010-02-02T19:19:00.029-03:002010-11-14T09:16:37.791-03:00<span style="font-size: 130%;"><span style="font-family: georgia;"></span></span><br />
<span style="font-size: 130%;"><span style="font-family: georgia;"></span></span><br />
<div align="justify"><span style="font-size: 130%;"><span style="font-family: georgia;">¿FELICIDAD TOTAL?</span><br />
<span style="font-family: georgia;"></span></span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmeHK6FoTFk6jZTefKeb5PoHp3TuTcbHvNS0ui5KnDUdgPEgMJhnIXFO8H4bMr6aYDd-tqjSzQdOl8exMD0ogW4Bwb2NRgwFXZHtQ4oELaSdZpv5uBNsra13uziVa5TEMFWNtHBUYdpKZ0/s1600-h/100_0764.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5437062175942101730" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmeHK6FoTFk6jZTefKeb5PoHp3TuTcbHvNS0ui5KnDUdgPEgMJhnIXFO8H4bMr6aYDd-tqjSzQdOl8exMD0ogW4Bwb2NRgwFXZHtQ4oELaSdZpv5uBNsra13uziVa5TEMFWNtHBUYdpKZ0/s320/100_0764.jpg" style="cursor: hand; float: left; height: 218px; margin: 0px 10px 10px 0px; width: 262px;" /></a> <em>“<span style="color: #336666;">He cometido el peor de los pecados,<br />
Que un hombre puede cometer.<br />
No he sido feliz.<br />
Que los glaciares del olvido,<br />
Me arrasen y me pierdan,<br />
Despiadados.”</span></em><br />
<em>Jorge Luis Borges</em><br />
<br />
<br />
<br />
Me hallaba en el shopping buscando un libro de mi interés. De repente se abalanza sobre mí, un gordo semi calvo con un abrazo envolvente y asfixiante. Me repongo.<br />
-¿Cómo andás, tanto tiempo?-.<br />
Lo reconocí de inmediato: era El Flaco, miembro de la pandilla del barrio, quien se encargaba de conseguir la pelota cuando caía en la casa de los vecinos menos queridos. Siempre poseía buena información del lugar y de sus habitantes; era el portavoz del chisme latente. Los años y kilos, habían hecho un grotesco trabajo en su cuerpo. Comentó algo de su vida y de la ajena: -¿Te acordás del Ale?-.<br />
Sí, como no, fue mi mejor amigo de la infancia, pensé, nos hermanaba la obsesión por la número cinco, como si la pelota fuese nuestro primer gran amor. Compartiendo todo lo posible en aquel universo infantil, éramos inseparables.<br />
<a name='more'></a><br />
-Le ha ido muy bien: tiene plata, prestigio de buen profesional, la esposa es un camión…<br />
El ex Flaco se le hacía agua la boca, por el placer de la información que me estaba trasmitiendo. Lo lo ví como si tuviéramos ocho años nuevamente...No paraba de hablar.<br />
Continúo con el relato:- Pero anda muy triste, exclamó, creo que está tomando pastillas para la depresión-.<br />
Le pregunto:-¿Qué le paso?-.<br />
- Hace unos meses se le murió el abuelo…Tenía como noventa y cinco años, andaba mal el pobre. No lo comprendo, teniendo todo y ponerse así…-.<br />
Charlamos un poco más, algo agotado de mi parte, nos dimos un abrazo y despedida. Necesitaba con urgencia salir de ahí; la catedral del derroche se me venía encima, la gente compraba con avidez, otros que eran más, devoraban las vidrieras con las miradas hipnotizadas por el brillo de los objetos, niños entusiasmados con su cajita feliz, en fin… Sentí un exceso, la presencia del escenario de la plenitud: no me convencía.<br />
Opté por retirarme, masticando lo escuchado por El Flaco. “Alejandro tenía todo, estaba completo, era feliz, pero se sentía triste”… algo no cerraba. Forcé una asociación de ideas y me vino a la cabeza, casi inmediatamente, aquel texto de <a href="http://www.libertadexpresa.com/acervo/libros/Freud_Sigmund-Malestar_en_la_cultura.pdf">Sigmund Freud, titulado “El Malestar en la cultura” </a>en el cual se preguntaba: ¿Por qué le es tan difícil a los seres humanos obtener la felicidad y mantener alejado el sufrimiento? Afirmando sin vacilar: “Ya en nuestra constitución, la felicidad como fallida en el ser humano, pues limita nuestras posibilidades de dicha”, advirtiendo así la imposibilidad estructural al respecto. Señala allí tres fuentes: “La hiperpotencia de la naturaleza, la fragilidad de nuestro cuerpo, y la relación con los otros seres humanos”. Freud ubica también sus paliativos: la religión, el arte, el amor, la intoxicación y se podría añadir actualmente los objetos diseñados a la sombra del capitalismo y de la mano de la tecnociencia. El padecimiento, la angustia y el dolor entre otros pueden ser resueltos por dichos objetos. Todo puede esperarse del objeto, nada del Sujeto, el mismo es convocado a elegir, reconocer no su deseo sino los objetos de su deseo. Como consecuencia inmediata la causa de su deseo, allí donde su verdad única e intransferible que además no es toda sino algo, tiene su morada, se haya obturada, silenciada. Y conlleva efectos.<br />
<br />
¿Qué sucede hoy en día?<br />
Hace tiempo que se duplican los esfuerzos para hacer creer que la felicidad plena es posible. Suena a Ideal, y, como todos los ideales, intimidatorio; no nos deja descansar, más nos empeñamos en alcanzarlo, con esfuerzo simula una respuesta de satisfacción, aunque tan segura como un plazo fijo depositado en un banco de la República de Yugoslavia…<br />
La alianza del capitalismo y la ciencia nos indican que, ser feliz consiste en poseer objetos materiales que gozan de la ilusión de completud, se instauran como causa de deseo enlazados a nuestro cuerpo. Un ejemplo notorio es el fatigoso cuidado del mismo en pos de la salud: dietas, ejercicios, cirugías que intentan borrar el paso del tiempo. En el fondo de los entretenimientos se asoma un miedo franco a la muerte, la cual es un acontecimiento inexorable para nuestras vidas, desde el día que nacemos.<br />
La mencionada fraternidad indica, de manera solapada pero sin dejar de ser categórica, un imperativo: consume todo lo que la vida te permita. Como ideología de nuestro tiempo hay que consumir; eso sí, la vida también es diseñada y orientada por la misma cofradía…<br />
Cabe destacar que no todos pueden acceder a lo ofrecido por el sistema: los pobres se encuentran segregados del mismo, y, en muchos casos los efectos se hacen presente como contra cara de la felicidad, su lado más siniestro y violento. Ni hablar de los muertos quienes quedan ajenos del circuito del consumo.<br />
A esta altura ignoro lo que es la felicidad absoluta, para ser sincero, no sé si la deseo. Vuelvo a Alejandro, mi amigo entrañable, según los dichos del Flaco, tenía todo. Tener todo puede transformarse en insoportable. ¡Cómo puede estar deprimido¡ Se le murió Antonio su abuelo, una persona como pocas, doy fe.<br />
Cavilo: ¿Depresión?… ¡No!, tristeza, gran diferencia. Sin dudas algo de él se ha ido junto con la muerte de su abuelo y para siempre. Tal vez tendrá que reconstruir la perdida de Antonio; dicho trabajo no es sin dolor. No se encuentra enfermo, sino que se haya atravesando un duelo. Es posible que no descubra una respuesta inmediata, sino un trayecto que tendrá que surcar con su tiempo y de manera singular.<br />
<br />
¿Qué será La Felicidad entonces?<br />
Pienso en Ale, cuando en nuestra infancia su abuelo, tomándonos de nuestras manos, nos llevó hacia un descampado, relatando anécdotas futboleras de su juventud, cargadas de épica. Era la primera vez que íbamos a un verdadero potrero a patear una pelota, los zapatos de fútbol ajustados para la ocasión, caminando se nos salía el corazón de la camiseta, arengados por el colorido anecdotario de Antonio. Pasamos hasta el atardecer gritando goles imaginarios, corriendo, revolcándonos, enredados con la pelota, cuellos transpirados y envueltos en olor a juegos de niños. Con la fuga de los pájaros cayó el telón de la noche, terminó el partido, volvimos los tres a paso cansino. Estuvimos gozando ese instante que ha sido perpetuo.<br />
Ahora lo pienso, y creo de modo profundo, que es la mejor definición de felicidad que trama mi cabeza.<br />
Me estoy poniendo nostálgico, hecho de menos a Antonio… corrijo: más allá de él, a ese momento que fue ayer, el cual se actualiza hoy y pensando en el mañana me causa una particular sensación. ¿Curioso, no?, reflexionar la felicidad desde algo que no tenemos, en fin, que estará perdido para siempre.<br />
No obstante, la llevo conmigo y no tiene fecha de vencimiento.<br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a><br />
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<object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/Ka44wBAypuA&hl=en_US&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/Ka44wBAypuA&hl=en_US&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="360"></embed></object></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br />
P.D: <a href="http://saudades.../">Saudades...</a><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Vin%C3%ADcius_de_Moraes"> Vinicius de Moraes</a></div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1114473080744573913.post-82953773707205938232010-02-02T19:09:00.044-03:002010-12-06T18:02:56.330-03:00<span style="font-size: x-large;"><b><span style="font-family: verdana;"><i>¿QUÉ PUEDE </i></span></b></span><br />
<div align="justify"><b><span style="font-family: verdana; font-size: x-large;"><i>UN HOMBRE?</i></span></b></div><br />
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<div align="justify"><a href="http://www.facebook.com/photo.php?pid=235983&id=100000483142617" id="myphotolink" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img height="290" id="myphoto" seq="121" src="http://sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash1/hs508.ash1/30004_122242537801850_100000483142617_235983_7587554_n.jpg" width="400" /></a><span style="color: #336666;"><b>“Dicen que el hombre </b></span></div><div align="justify"><span style="color: #336666;"><b>no es hombre,</b></span></div><div align="justify"><span style="color: #336666;"><b>mientras no oye su nombre </b></span></div><div align="justify"><span style="color: #336666;"><b>de una mujer”<span style="color: black;"> </span></b></span></div><i> Antonio Machado</i><br />
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Es baja, no llega al metro sesenta, unos treinta y siete años casada. La vida le ha dado dos hijos. Ahora piensa si la primera vez que lo miró no lo hizo encandilada. Ya no es lo que era, la debacle es inminente. No sabe lo que quiere, pero lo quiere ya, tal vez emulando al gastado refrán rockero. Un grupo de amigas ofician de consuelo y comienzan a hacerse eco de la breve crónica de un fracaso conyugal, como si se tratase de un espejo multiplicador de imágenes en donde el desahuciado yo de la diminuta mujer se refractaría en varios más. Comenzaron los comentarios, no se trataría de la señora en cuestión sino en un tema adueñado por el ávido colectivo femenino. Ya no era tan sólo el naufragio de un marido devaluado, sino la mira fue enfocada a la figura masculina en general: “Ya no hay hombres, Hombres eran los de antes”, “Son todos iguales…”, entre otros.<br />
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Abandonando las escenas de las vidas conyugales y retomando los dichos, se podría pensar que acuñan una pregunta que le es propia: ¿Qué quiere una Mujer? o mejor dicho ¿que desea una mujer? Es una pregunta que hizo historia en la humanidad y el Psicoanálisis intentó develarlo mediante la obra de <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxlUa6OzB2S8DJXFwYKFNHJ9njsBdq_VN2_iaVDPag6yJZulX4JXH6f8Pu8Rx5rwrTn707XvYpdUQj_VPu7fJnsyxNBpnmUp3KpNLc0HLDuDKrBG60t5ooP80UkW2xmFc-JLRt5Uf5rII/s1600/Sigmund+Freud.jpg">Freud,</a> la cual se dirige al desciframiento del supuesto enigma del alma femenina. No obstante debo advertir que cualquier interrogante del estilo mencionado, se haya destinado a permanecer abierto. Pero sin embargo, una mujer atravesada por un tratamiento analítico tiene la posibilidad de surcarlo, tomando así otra posición con menos sufrimiento ante el implacable interrogante.<br />
Se tiene hasta aquí la queja, que es patrimonio del deseo femenino, enigma, pregunta, sin embargo hay algo más que viene a denunciar todo este conjunto de cuestiones y que devela un atisbo de verdad en relación a los hombres: las mujeres algo saben.<br />
¿Qué sucede con el hombre de hoy? Sin lugar a dudas el hombre actual carga sobre sus espaldas el malestar propio que se encuentra agravado con el correr de las décadas. En otros tiempos se las ha ingeniado con tener a mano una galera y su respectivo conejo con el fin de inventar algún truco para salir airoso y sostener así su lugar como hombre. Si bien hoy posee la galera, el conejo se le viene escapando hace más de cuatro décadas, por adjudicarle una dimensión cronológica. ¿Por qué cincuenta años? Justamente desde los años sesenta hasta nuestro tiempo se ha incrementado la decadencia de la función paterna, viendo cuestionada la transmisión automática del nombre del padre a sus descendientes, o incluso, por citar un ejemplo, los últimos avances de los procesos biotecnológicos que permiten producir un ser humano, reduciendo al padre a un autómata donante de espermatozoides y nada más. Entonces tener la ciencia como aliada, en algunos casos no se necesitaría de una pareja para tener hijos. Por ende no se corren riesgos que implica el des-encuentro de los sexos; incendiando los velos del amor, destituyendose el deseo, todo queda estático principalmente el lugar en donde vienen alojarse los hijos-objetos. Se disuelven entonces los lazos que unen a hombres y mujeres o mejor dicho son reemplazados por el aseguro de la tecnociencia, cuya consecuencia directa es el aplastamiento de la subjetividad. El hombre se encuentra dolorosamente desestabilizado en su ser viril.<br />
Tradicionalmente, en la sociedad patriarcal, los hombres representaban los valores de la autoridad y de combatividad, mientras tanto las mujeres se encargaban del hogar. Se tenía la disponibilidad de la esposa y de la madre que sostiene y acompaña. Al adquirir autonomía profesional y financiera, las mujeres trastocaron radicalmente el esquema. Tarde o temprano sería de mucha importancia pensar nuevamente la organización social.<br />
Retornando a la mujer, su problemática es la del “querer”. La cuestión del deseo femenino prosigue igual y ahora se desdoblaría en su partenaire otra que podría ser formulada así ¿Qué puede un hombre? Poder en el sentido de realizar una acción, y sentirse potencialmente capaz. En este terreno es donde se siembran los interrogantes: ¿Podré lograrlo? ¿Tendré fuerza para lo que me piden? Dicho panorama angustia al hombre de hoy, como el temor de no estar a la altura de las circunstancias, especialmente cuando las mismas se enlazan a una mujer. El hombre al no poder dar respuesta acorde, comienza a producir síntomas: impotencia, eyaculación precoz, no se siente deseado, ataques de pánico, dificultades de no saber asumir la paternidad frente a sus hijos o la masculinidad frente sus amigos, entre otros ejemplos. Es un hombre desalentado y desorientado porque no tiene más que ofrecer y, en sí, lo que se pone en juego es que quiere ser amado no por lo que es sino por lo puede ser, hacer o dar. Además, por estas latitudes las crisis económicas se fagocitan cíclicamente las ilusiones que a muchos sostienen. El hombre se haya radicalmente en dificultades subjetivas, los trucos y los pases de magia ya no son lo que eran y el conejo hace tiempo que yace en la olla, el indómito mago es a esta altura un pobre aprendiz de brujo.<br />
Por ende ¿Qué le resta hacer al Hombre?<br />
Tal vez comenzar a interrogarse acerca de su malestar, y pensar que quizás las respuestas mágicas, que si bien las hay, sean insuficientes para esta instancia. ¿Cómo lograrlo entonces? , o mejor dicho ¿mediante que instrumento abordar la problemática? El Psicoanálisis tiene una propuesta diferente por hacer, debido a que invita a romper con los hechizos y mediante el trabajo analítico trazar nuevas y singulares coordenadas que posibiliten a un hombre plantearse que tiene para dar desde su “saber hacer” para así llegar a extraer de sí mismo más de lo que efectivamente es él. Eso es el “poder”: ser capaz de superarse y proyectarse en el futuro.<br />
Por último ¿Qué maneras revestirá la relación de un hombre con una mujer dentro de veinte años? Un gran Misterio, es un enigma absoluto ¿que lazos inventaran los hombres y las mujeres para amarse? Tal vez no sea una mala alternativa confrontar las preguntas: ¿Qué desea una mujer?, ¿Qué puede un hombre? Es preferible la opción de la cual se desprendería un lazo social, que aquella que transita por veredas diferentes cuyo sendero no es ni más ni menos que la apuesta a la soledad más profunda, dónde el punto extremo es el aislamiento.<br />
Tal vez el príncipe alicaído de hoy comience a parecerse en la actualidad al sapo que fue, pero sin la romántica dosis de esperanza de dejar de serlo. Se sabe bien que la trama es patrimonio de los cuentos infantiles. El desafío sería que tomara las riendas en el asunto y comenzara a buscar su lugar como hombre fuera del cautivante circuito de la ficción. En tal caso de ser así se desprendería un inquietante interrogante: ¿Podrá?...<br />
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<a href="http://www.mylivesignature.com/" target="_blank"><img src="http://signatures.mylivesignature.com/54488/218/67E56BFA990B338B5A1955FB6A70DF80.png" style="-moz-background-clip: border; -moz-background-inline-policy: continuous; -moz-background-origin: padding; background: none transparent scroll repeat 0% 0%; border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px;" /></a></div><div align="justify"><br />
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<object height="360" width="420"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/R091D7pV1sM&hl=en_US&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/R091D7pV1sM&hl=en_US&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="420" height="360"></embed></object></div><div align="justify">P.D: Parecen que pudieron, compusieron esta hermosa canción.</div>Fabian Martinezhttp://www.blogger.com/profile/10273428435560378425noreply@blogger.com7