viernes, 4 de marzo de 2011





¿Qué será...?



Venían mal. A ella últimamente le  rondaba la sospecha  de que él  le era infiel. Una plaga de historias triangulares le  carcomían sus días. Vigilaba  full time todos sus movimientos y el control se convirtió en el socio ideal para agobiar la relación.

Los  celos eran alimentados desde la arrogancia de "macho alfa" que él publicitaba. La propaganda, tarde o temprano vende, y cierto perfil del consumidor femenino compra. Buen negocio para el ego.
La  indiferencia y el desgano eran una pareja de "okupas" en su cama. Las relaciones sexuales, se asemejaban más bien a una protocolar y pulcra burocracia diplomática, que a un mínimo acto libidinoso. Ella se sentía ajena del mundo de él. Aquel lugar era, según su olfato femenino, usurpado por otra mujer. Ya no soportaba más la situación a pesar de no tener verdaderas pistas del adulterio. De pronto, saltó la térmica de su pensamiento: lo imaginó riendo, siendo feliz, recorriendo cuerpos y deseos de otras. En ese mismo momento sonó el teléfono y él atendió de inmediato. Ella, desde la distancia, lo observaba hablar; en cuestión de segundos fue invadida por un rapto de locura y súbitamente su humanidad fue empujada por el odio. Cruzó la cocina a zancadas propias de una velocista olímpica. Tomándolo por sorpresa le arrancó el celular que se hallaba aprisionado entre la oreja derecha y la palma de la mano, cortando de raíz el monólogo que infectaba su padecer. Él, con un gesto de sorpresa pintado en su cara, sólo atinó a girar la cabeza y abrir aún más sus ojos, en busca de una explicación del robo y de la furia. En una fracción de segundos la carrera finalizó en caída. Un traicionero pozo le hizo perder la posición vertical; sus largas piernas se enredaron. No fue un simulacro aéreo sino más bien un vuelo humano de escasa altura, con un aterrizaje forzoso contra el áspero piso. Saldo: un tobillo fracturado, escoriaciones varias y la prueba del delito (el celular) desparramada y hecha pedazos sobre la pista. Llegó la asistencia de la emergencia para el traslado al hospital. La silla de ruedas, el dolor y la vergüenza despistaron a la verdad de la escena.
Él se sintió afectado, percibió lo poco considerado que había sido y de inmediato justificó el arrebato. Los pactos habían construido un hogar y alejado el entusiasmo; los acuerdos mordaza se desilachaban con sólo imaginarse el mañana. Hacía tiempo que el matrimonio se convirtió en un santuario de rutinas. La pasión fue acunada por una especie de somnífero marca "bostezo" .  Algunas peleas intentaron despabilar al cupido marchito que descanzaba en paz en la opaca lápida de un 14 de febrero... ¡vaya a saber de qué año!. Las discusiones eran, por momentos, lo único en lo cual coincidían. En algunos casos,  una pelea puede que mueva el avispero del deseo. Y en otros, siembra el interrogante y la preocupación acerca del futuro conyugal. Si es tomada a tiempo y en cuenta, puede que reubique y auxilie una agonizante vida amorosa. Como señal de alarma no está mal, pero si se cae en la repetición suena a vicio y si se insiste aún más la destrucción y el odio se convertirán en el único horizonte. Sería como apagar un incendio con nafta. En ocasiones apelaron a dejar pasar un  tiempo, se refugiaron en la tramposa esperanza. Y el slogan negador, "borrón y cuenta nueva", puso paños fríos al hervidero.
Él se prometía a sí mismo recomponer la relación con su mujer a fuerza de voluntad y asistencia. Ella se imaginaba recuperándose del golpe; debía pararse nuevamente y de modo distinto. Lo imaginaba a él empujando palabras de amor, siendo diferente de lo que era. Pero la realidad rompía la ilusión.
Los médicos se ocuparon de las heridas, un kinesiólogo del tobillo maltrecho y de su alma en pena. Fue rehabilitado su cuerpo y su femeneidad también. Se sentía escuchada, alagada y mujer.
Los días pasaron, y él observó en ella una extraña e inédita dedicación por lo estético, un fanático esmero por recuperar su salud. Y pensó, mirándose convencido al espejo : "todo por mí...".
Cierta mañana en el baño, al contemplarse una vez más y luego de una noche de sueño intermitente, se vió extraño, demacrado, envejecido y hasta algo triste. Se lavó la cara con agua tibia para despabilarse y mientras se secaba con una toalla lo invadió una pregunta: ¿Todo por mí...?  De repente se sintió turbado hasta  desconfiar, y la sospecha lo llevó a seguirla . Así lo hizo.
Con la cautela de un detective emprendió la tarea. Ya en los alrededores del gimnasio esperó el tiempo que duraba la rehabilitación. Había calculado la salida mientras espiaba. Haciéndose sombra con las manos y con la nariz pegada al vidrio de un ventanal, los vió aparecer. Se quedó estático, como si se hubiera congelado. Con la mirada activa y manchada de bronca examinó el modo en que se saludaron, y todos los detalles del hombre que hacía maquillar a su mujer. A pesar que sus ojos no lograron fotografiar rastro alguno del engaño, conmovido, observó una sonrisa fácil y fresca en ella, el esquema corporal erguido y seductor, una nueva forma elástica de moverse como dilatando la despedida y repartiendo sensualidad ensayada. Apretando la mandíbula y los puños fantaseó con la venganza: un modo violento de asesinarlos, hasta se imaginó cavando una fosa, borrando las huellas, en fin, perdiendo la cabeza... Pero los remordimientos de tan sólo imaginarlo detuvieron el plan. Y la ira en un soplo de tiempo cedió, dando su lugar a la angustia que comenzó a estrujarle el cuello y llegó hasta  el ardor del alma. Con esfuerzo volvió en sí, se blindó la cara con unos anteojos oscuros y  huyó para no ser descubierto rengo ni atormentado.
Llegó a su hogar abatido: recorrió el dormitorio vacío, los olores, la cocina, los recuerdos, y de repente sintió que se le venían abajo las paredes del dolor, del tiempo. Aturdido, logró salir a tomar un respiro, se sentó en los escalones de la puerta de entrada, mientras la esperaba preparando el dictamen de la ruptura. A lo lejos la vió venir con un andar rehabilitado.Tragó saliva para desatar el nudo de la desesperación en la garganta, instantes después pensó en voz alta y con firmeza: -¨La decisión está tomada". Ni bien se escuchó, un escalofrío le sacude el cuerpo, mete la cabeza entre las rodillas y con los brazos las envuelve, encerrándose sobre sí mismo para no ver ni medir la distancia...
Ella lo ve sentado como una bolita, le llama la atención la postura y apura el paso. Mirando el suelo y pensándose como una mujer diferente, decidida, se le cuela un monólogo interno: -¿Por qué tenemos que ser como dos extraños? ¿Por qué, mi amor...?.- Levanta la vista y detiene la marcha frente a él. Espera unos segundos y avanza un par de pasos; ella lo contempla, inmutable. Con congoja se inclina y le acaricia la cabeza pensando: tal vez sea tarde, demasiado tarde...   
 Y... sí, los celos reavivan la imaginación. Los aliados para la tarea siempre son los terceros porque cuando se quiere asegurar que no hay nadie más, lo único que se logra es meter a los otros hasta el cansancio.
En el fondo los celos, más allá de los fundamentos que los gatillan, son el escenario tras el cual se oculta una profunda y amarga decepción: que entre dos no alcanza y la media naranja nunca es media... Entonces, el amor: ¿Qué será...?         


                                                                                                         





Dibujo de Octavio Alberto Joaquín Tapia (Mendoza, Argentina).

21 comentarios:

  1. muy bueno Fabian atrapante!!!, gracias...

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  2. No pueden haber sido más oportunas tus palabras... Decidí meterme en facebook para escapar del barro y me metí en un link muy pantanoso. Gracias.

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  3. Excelente¡ Buena historia. Un blog de alta calidad¡
    Horacio. San juan. Argentina.

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  4. Esperaba un poco mas, dejandome llevar espere encontrar en el final algo que saliera del humilde escritor. Sólo encontre un escritor que ya sabe para quien escribe, ninguna sorpresa, ninguna letra que apuñale...

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  5. Me gustó mucho y me dejó pensando...
    Luisina. Capital Federal. Argentina.

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  6. Agradezco a Celeste, Horacio, Luisina y anónimos por la lectura y comentarios. Saludos a todos.

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  7. En particular te banco que continúes escribiendo así. Una mirada diferente de los celos y por cierto muy buena...
    Juan Pablo

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  8. ¡Felicitaciones! Muy buena la temática del blog

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  9. muy bueno...me quedo la duda,disculpame la ignorancia,que significa "macho alfa"?

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  10. Es un concepto que viene de zoología, tiene que ver con el líder de una manada, que se muestra como el candidaro perfecto. Es con quién las hembras se aparean, asegurando una descencia sana y fuerte. En otras palabras se denomina "Macho Alfa" al líder que posee una posición dominante.
    Te agradezco el comentario. Hasta la próxima.

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  11. gracias Fabian, por tu aclaracion.hasta la proxima.Monica

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  12. En la presentacion vi imagenes de monte hermoso,puede ser,el espigon? vivo en MH,saludo.Monica

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  13. Así es Mónica, es el ex espigón de Monte Hermoso. También algunas imágenes de Bahía Blanca, Mendoza, San Luis, Capital Federal. Te agradezco tu interés. Saludos

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  14. La cuota de "ferocidad" exacta para sobrellevar una lectura conmovedora sobre un problema tan común en las parejas. Ojalá escribieras más seguido para así seguir adentrándonos en tus pensamientos. Un Abrazo.

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  15. Me recomendaron tu blog y lo descubrí con el último post que publicaste. Simplemente me encantó. Te felicito¡
    Saludos.Celina. Godoy Cruz. Mendoza.

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  16. Como sostiene Lacan , la relacion sexual no existe , nunca somos solo dos, cada uno esta con su fantasma con el que goza.

    muy bueno Fabian me aleje un poco y me encanto leerte nuevamente.

    Un cariño claudia

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  17. Claudia que bueno que te hayas acercado! En relación a Lacan es así como vos lo mencionás. No obstante me queda dando vueltas en la cabeza la pregunta: ¿Qué será el amor...?
    Hasta la próxima. Un saludo grande. Fabián

    Celina, te agradezco el comentario y tu tiempo. Saludos. Fabián

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  18. Querido amigo: el texto atrapa, nos hace creer en él y tiene por ahí detalles de melancolía que anticipan un poco el final: preguntarse por el amor a través de los celos es en sí mismo algo bien decepcionante. Bien freudiano el asunto. Lo felicito nuevamente. Abrazo. Gastón Cottino

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  19. Buen texto. Con ritmo de tango. ¡Felicitaciones! Voy por el resto del blog y espero el próximo post. Saludos
    Ariadna Gomez. Santa Fe.

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  20. Y Lacan qué dice del amor?

    Gracias

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  21. El "amor" tiene relevancia y diferentes matices a lo largo de toda la obra de Lacan. En el post http://discurrirdelapalabra.blogspot.com/2010/09/los-guardianes-de-la-falta-el-es-el.html#more. Tomo una frase difícil sobre "el amor", quizás algo ilumine a tu pregunta.
    Gracias por tu interés y tiempo.

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